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Sarkozy y Hollande intercambian palabras en un momento de la ceremonia celebrada ayer en París. :: CHARLES PLATIAU / REUTERS
MUNDO

Reconciliación bajo el Arco de Triunfo

Sarkozy y Hollande recuerdan juntos a los caídos en la Segunda Guerra Mundial

FERNANDO ITURRIBARRÍA CORRESPONSAL
PARÍS.Actualizado:

Nicolas Sarkozy y François Hollande ofrecieron ayer la imagen de la reconciliación institucional bajo el Arco de Triunfo en París. El presidente de Francia en funciones y el electo compartieron el homenaje a los caídos en la Segunda Guerra Mundial seis días después de haberse enfrentado en un áspero cara a cara en televisión, previo a la victoria del socialista en las elecciones del pasado domingo. La efeméride de la capitulación nazi sirvió al mandatario conservador para despedirse de los cientos de simpatizantes que lo aclamaron en los Campos Elíseos de la capital francesa.

Tras unos minutos de recogimiento ante la estatua del general De Gaulle y después de pasar revista a las tropas en uniforme de gala, Sarkozy acudió al encuentro de Hollande, que lo esperaba en una esquina de la tribuna ocupada por el Gobierno conservador en pleno. Los dos hombres, que se estrecharon la mano al comienzo de la ceremonia, realizaron juntos una ofrenda floral y reavivaron la llama de la tumba del soldado desconocido antes de mantenerse en un prolongado silencio roto por la interpretación de 'La Marsellesa' y 'El Canto de los Partisanos', himno de la resistencia a la ocupación nazi, a cargo de la coral del Ejército francés.

Tras saludar a antiguos combatientes de la Segunda Guerra Mundial, Sarkozy y Hollande estamparon sucesivamente sus firmas en el libro de honor.

«Nos hemos confrontado en una campaña especialmente ruda pero debíamos estar presentes en esta ceremonia», declaró luego Hollande, antes de ir almorzar con el presidente del Senado, el socialista Jean-Pierre Bel. «Era útil y valioso para el país saber que estaba unido a través del presidente aún en ejercicio y del nuevo», añadió. «Los franceses pueden estar orgullosos de que la República sea reunida», apostilló.

Mientras tanto, Sarkozy aprovechó para darse su último baño de multitudes como presidente y saludó a los numerosos seguidores apostados tras las vallas de seguridad. La dirección de la UMP gobernante había convocado a sus afiliados en la región de París a acudir «numerosos a acoger calurosamente a Nicolas Sarkozy». El prerretirado de la política activa regresó a pie entre vítores al palacio del Elíseo, donde el próximo martes tendrá lugar el traspaso de poderes con su sucesor.

«Es una imagen de la democracia francesa, de la alternancia realizada, que es buena», valoró el socialista Pierre Moscovici, encargado por François Hollande de gestionar el período de transición.

Por su parte, la conservadora Valérie Pécresse, ministra del Presupuesto, comentó que, «cuando se ven estas imágenes, uno se pone a soñar con que en algunas reformas sociales o económicas se pueda hacer también la unión nacional entre la izquierda y la derecha».