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Un panel muestra la cotización de Bankia en la Bolsa de Madrid. :: FERNANDO ALVARADO / EFE
Economia

El Gobierno respalda la nueva etapa de Bankia y tranquiliza a los ahorradores

Almunia recuerda que si recibe ayudas públicas habrá que garantizar un reparto adecuado de los costes del rescate

M. J. ALEGRE
MADRID.Actualizado:

El Gobierno ha salido en defensa de Bankia el día después de la dimisión del presidente Rodrigo Rato. Diez millones de clientes y 400.000 accionistas se han visto sorprendidos por la noticia y no ocultan la inquietud por el futuro de sus ahorros. Frente a algunas interpretaciones de lo ocurrido, el Ministerio de Economía ha desmentido «rotundamente» que la entidad haya sido intervenida, y anuncia que el Ejecutivo apoyará a los nuevos gestores «en todo lo que sea necesario» para que pueda «ejecutar un plan de saneamiento, reestructuración y mejora del gobierno corporativo que garantice su viabilidad futura».

El departamento que dirige Luis de Guindos explicó, en un breve comunicado, que el equipo que a partir de hoy liderará José Ignacio Goirigolzarri, deberá presentar sus planes al Banco de España «por los cauces normales». El ministro no escatimó elogios para el futuro presidente de Bankia, de quien destacó su «enorme experiencia» en banca comercial y su reputación «absolutamente probada» en los mercados internacionales y nacionales.

De Guindos precisó que, si bien se han de tomar las medidas necesarias para garantizar el saneamiento y la reestructuración de la entidad, el grupo es «absolutamente solvente». Por eso mandó un mensaje de tranquilidad a los clientes, depositantes y a todos aquellos que tienen préstamos en Bankia, y aseguró que la entidad «tiene futuro, y continuará jugando un papel importante en el sector bancario español y en el desarrollo de la economía».

Las ayudas públicas han de pasar por Bruselas, según recordó el vicepresidente de la Comisión y responsable de Competencia, Joaquín Almunia. Ese plan de reestructuración que el equipo de Goirigolzarri elaborará de acuerdo con el Banco de España debe garantizar, precisó, no solo la viabilidad del negocio, sino «un reparto adecuado» de los costes del rescate y eliminar las distorsiones que los recursos públicos siempre plantean para la competencia.

En la reunión que el ministro de Economía mantuvo la pasada semana con Almunia quedaron claros estos extremos y De Guindos transmitió al comisario la voluntad del Gobierno español de trabajar en estrecha colaboración con los servicios europeos que se ocupan del control de las ayudas de Estado «para que las decisiones definitivas se adopten en los plazos de tiempo más cortos posible», según dijo Almunia. Las demoras en el visto bueno europeo al plan de integración de CAM en el grupo Sabadell, que incorpora un esquema de protección de activos, han causado recelos.

En el caso de Bankia, las ayudas de 4.500 millones de euros que se le adjudicaron en la primera fase de actuación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) no requirieron permisos especiales, porque la cantidad no superaba el 2% de los activos ponderados por riesgo del grupo. No obstante, Almunia ha recordado que desde el 1 de enero de 2011 «ya no hay ningún tipo de nivel mínimo o máximo». «Cualquier ayuda pública -sea en términos de avales y garantías, de aportación de capital en diferentes fórmulas o cualquier otro término de aseguramiento de activos tóxicos- requiere la presentación de un plan de reestructuración para poder aprobar la ayuda como compatible», precisó.

Las escuetas declaraciones del ministro de Economía sobre los cambios ocurridos en Bankia no han calmado los ánimos de las fuerzas políticas de oposición. Desde el PSOE, tanto el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, como el portavoz en la comisión de Economía, Valeriano Gómez, han revelado que tienen cuentas en Bankia y piensan mantenerlas abiertas. Ambos reprocharon al Gobierno no estar cumpliendo con la principal función que les corresponde, que es la de tranquilizar a los ahorradores. Los socialistas recibieron hace quince días las primeras noticias del Ejecutivo de que había «problemas» en Bankia, pero nadie les comunicó la dimisión de Rodrigo Rato.

Gómez consideró que tal vez «la única buena noticia» en torno a Bankia es que por primera vez en 16 años va a tener un gestor «con amplia experiencia en la gestión de banca de detalle, que es lo que necesita». Precisamente para el presidente de CEOE, Juan Rosell, la «grandísima experiencia» que tiene el futuro presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, en el sector financiero, es una prueba de confianza en que el sistema bancario español «puede ir mejorando paso a paso».

Mientras el portavoz del grupo popular en el Congreso, Alfonso Alonso, aseguró que «el Estado no tiene intención de dar dinero a fondo perdido a nadie», en referencia a la posibilidad de que Bankia tenga que ser saneada con dinero público, la Comisión Ejecutiva Federal de IU exigió al Gobierno que «proceda a la intervención inmediata de Bankia y a su nacionalización», y que presente en el Congreso un plan de reforma financiera «claro, transparente» y sin ayudas públicas para debatirlo con todas las fuerzas parlamentarias.