Economia

Fedea aplaude la subida del IVA para aumentar ingresos

«El dinero que España necesita para reducir el déficit no lo va a sacar de la lucha contra el fraude fiscal», dice el profesor Boldrin

MADRID. Actualizado: Guardar
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El dinero que España necesita para reducir el déficit no lo va a sacar de la lucha contra el fraude fiscal. «Eso es una fantasía», sentencia Michele Boldrin, un acreditado profesor asociado a Fedea que, italiano de nacimiento y español de vocación, trabaja en un exhaustivo análisis sobre la fiscalidad española, del que ha avanzado las primeras conclusiones.

Boldrin aplaude la subida del Impuesto sobre el Valor Añadido que para el año 2013 prepara el Gobierno de Mariano Rajoy, aunque critica al gabinete actual porque quizá «habla y promete» lo que no puede cumplir, dada la pésima herencia que le dejaron los Ejecutivos anteriores.

En concreto, censuró a los gobiernos que financiaron gastos duraderos con ingresos tan volátiles como los procedentes del inmobiliario. Ni el IVA de los pisos nuevos ni el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales volverán a ser lo que un día fueron. Hay unos 25.000 millones de ingresos que no volverán, pronosticó.

El profesor Boldrin se dejó llevar por una mezcla de liberalismo a ultranza y realismo cuando aconsejó un radical cambio de la tributación en España. A su juicio, la presión fiscal media no es elevada -entre el31% y el 33% del PIB, frente al 45% de Italia- pero la carga está cada vez peor distribuida, y la crisis no ha hecho sino agravar ese reparto. Las cotizaciones sociales y el elevado IRPF castigan el empleo, y el sistema incentiva el fraude, que tiene su principal nicho en las pequeñas empresas, mal controladas.

Para Michele Baldrin, la amnistía fiscal solo se justifica en «situaciones dramáticas». «La de España quizás lo sea», admitió, para aconsejar a continuación que esa medida de gracia vaya seguida de una persecución implacable de los futuros defraudadores. «Hay que actuar muy en serio y evitar repetir una aministía fiscal en décadas, porque mata la reputación de quienes la aplican», dijo.