Bruselas se plantea dar más tiempo a España para cumplir con el déficit

Todavía falta una semana para que François Hollande jure su cargo de presidente de Francia, pero en la UE ya empiezan a verse movimientos impensables hace solo unos meses. El cambio más llamativo para España es que podrían relajarse los plazos para reducir el déficit, un auténtico tabú de inspiración alemana que podría revisarse en cuestión de días. La Comisión, que el próximo viernes presenta sus nuevas previsiones macroeconómicas, admitió ayer que la suavización de las metas de gasto no puede descartarse si se constata una recesión más profunda de lo esperado. En caso de que Bruselas flexibilizara su posición, el Gobierno español podría tener un año más -hasta 2014- para llegar al objetivo del 3%.

El comisario de Economía, Olli Rehn, dejó entrever en una conferencia el pasado sábado que Bruselas sintoniza con el nuevo clima de apuesta por el crecimiento auspiciado por Hollande. Aunque en el último año se ha distinguido más por reclamar una austeridad a ultranza para calmar a los mercados, el dirigente finlandés subrayó que el Pacto de Estabilidad no «es estúpido». Según detalló, la normativa comunitaria deja espacio para el «análisis económico» y tiene muy en cuenta las diferencias entre países. Rehn agregó que los socios deben actuar de forma «inmediata», pero con la vista puesta en una reducción del déficit a medio plazo. El responsable de Economía no se refirió a ningún país en particular. Ayer, sin embargo, su portavoz reconoció que España podría beneficiarse de este nuevo enfoque.

El otro dato fundamental que arrojarán las previsiones es la evolución del déficit. Bruselas determinará si cree que las medidas tomadas por el Gobierno permitirán alcanzar los objetivos marcados, especialmente el umbral del 3% en 2013. Hace solo unas semanas, se especulaba con la posibilidad de que la Comisión multara a España si consideraba que los ajustes eran insuficientes. Tras la victoria de Hollande, el panorama se vislumbra menos estricto. Incluso, ha tomado cuerpo la opción de que se otorgue una prórroga de un año al Ejecutivo, una medida recogida en el Pacto de Estabilidad si un país se enfrenta a una profunda recesión.

Más gasto en Alemania

Aunque Bruselas pueda dar un paso al frente, el sello final quedará en manos de los socios. Hasta ahora, Alemania se ha negado relajar el ritmo de los recortes de forma generalizada, pero aceptó la flexibilización parcial de la meta española para este año. El triunfo de Hollande podría contribuir a ablandar de nuevo las tesis de Berlín, aunque también existen sobre la mesa otras opciones para estimular el crecimiento. Una de las demandas más repetidas es que Alemania, que ya tiene sus cuentas casi equilibradas, impulse a nivel doméstico una política más expansionista que empuje la economía europea.

Angela Merkel parece dispuesta a hacer algunas concesiones, pero habrá que aguardar para saber si surge la química con Hollande. Ambos hablaron el domingo tras conocerse los resultados de las elecciones francesas. La canciller aseguró ayer que le recibirá con «los brazos abiertos» la próxima semana después de que tome posesión del cargo, pero también insistió en que el pacto fiscal, que consagra la austeridad presupuestaria, no es negociable, aunque dejó margen para diseñar una nueva estrategia para reactivar la economía.