Siria maniobra para aplacar el clamor contra el régimen
EL CAIRO.Actualizado:Con un alto el fuego que no evita que día tras día sigan muriendo decenas de personas y una presión cada vez mayor por parte de la comunidad internacional, el régimen sirio ha redoblado en las últimas horas los gestos con los que intenta aplacar a la oposición interna y, sobre todo, a los países que le acusan de inmovilismo. Tras la anunciada puesta en libertad esta semana de 265 opositores sin delitos de sangre, Siria celebra hoy unas anodinas elecciones legislativas que han sido presentadas como la consagración del pluripartidismo en el país.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El propio Parlamento ha pedido al presidente Bashar el-Asad posponer los comicios para que las reformas políticas tomen cuerpo, pero ni esta petición ni el boicot de la oposición han sido escuchados por el régimen. «Las elecciones no tienen ningún tipo de credibilidad en medio de una situación en la que el régimen está matando a la población. Es un insulto al proceso democrático», dijo ayer Basma Kodmani, portavoz del Consejo Nacional Sirio. El conjunto de la oposición ha pedido a la población que boicotee un voto que consideran una simple estrategia de El-Asad para mantenerse en el poder.
Unos 70 observadores de la ONU (de un total de 300 que deberán desplegarse) se encuentran en Siria para vigilar el alto el fuego que se declaró el pasado 12 de abril, un cese de hostilidades que se ha quedado simplemente en el nombre, ya que un goteo de muertos se ha seguido produciendo desde entonces. Los observadores han acusado tanto al régimen como al Ejército Libre Sirio -formado por desertores- de violar el alto el fuego.
En un nuevo gesto, el régimen anunciaba la liberación el pasado sábado de otros 265 detenidos relacionados con las revueltas, todos ellos sin delitos de sangre. La excarcelación de opositores es uno de los puntos que exige el plan de Kofi Annan, el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria. Pero aunque el Gobierno ha ido puntualmente excarcelando detenidos (en enero fueron otros 522), el número de arrestos sigue siendo muy superior.