La dirección del PP catalán, durante una votación en la primera jornada de su congreso. :: MARTA PÉREZ / EFE
ESPAÑA

El PP catalán aspira a pasar al PSC y ser segunda fuerza

Camacho, reelegida presidenta de los populares de Cataluña, reprocha a CiU su radicalización independentista

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Alicia Sánchez-Camacho revalidó ayer su cargo de presidenta del PP catalán. Lo hizo de forma plácida y sin oposición, un ejemplo de que las cosas le han ido bien al partido en las últimas elecciones, donde, según se encargó de recordar ella misma, obtuvieron los mejores resultados de su historia.

Casi cuatro años después de asumir un partido dividido y casi aislado en la política catalana, SánchezCamacho afirmó que el PP aspira a ser la fuerza política que ocupe la centralidad del mapa catalán, desplazando de ella a CiU y al PSC. Y se marcó además como objetivo desbancar a los socialistas como segunda fuerza en Cataluña, una empresa que se antoja muy ambiciosa a día de hoy, ya que el PSC tiene 28 diputados en el Parlamento catalán, frente a los 18 de los populares.

En cualquier caso, como subrayó Sánchez-Camacho, el PP tiene ahora más alcaldes que nunca, buena parte de ellos arrebatados a los socialistas en los que antes eran sus feudos infranqueables, como son Badalona y Castelldefels, por ejemplo. «Nunca habíamos tenido tantos cargos públicos, tanta gente en el Gobierno», dijo. «Somos un partido de gobierno, un partido decisivo en Cataluña. Hemos pasado de ocupar un lugar irrelevante a tener un lugar relevante en Cataluña y en España», afirmó.

El PPC, que ha añadido una senyera a su logo y ha pasado a llamarse PP catalá y no PP de Cataluña, como hasta ahora, se presentó ayer como la fuerza capaz de detener las derivas rupturistas e independentistas de CiU y como la única con capacidad para sacar a Cataluña del atolladero económico al que sumieron, según Camacho, los siete años de gobiernos tripartitos liderados por el PSC.

Trato diferencial

Entre las novedades que introdujeron los populares catalanes, está la apuesta porque Cataluña tenga un trato diferencial en la financiación autonómica, aunque manteniéndose dentro de los parámetros de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas.

Camacho puso este modelo frente al pacto fiscal que propone Artur Mas, que, a su juicio, no puede venderse como la solución a los problemas de Cataluña. «Hace falta una gestión eficaz y un nuevo modelo de financiación solidario», expresó.

Camacho fue muy enérgica en sus críticas a CiU, a la que acusó de tratar de confrontar a los catalanes con el resto de España. «CiU ha radicalizado su discurso, se ha envuelto en la 'estelada'», señaló la presidenta del PP catalán en alusión a la bandera independentista.

Las relaciones entre convergentes y populares no viven sus mejores días, después de dos años en los que el Gobierno de Mas ha sacado adelante los presupuestos de Cataluña gracias al apoyo del PP. Pero el panorama político ha empezado a cambiar ahora que se acerca la mitad de la legislatura y CiU ha dado pasos de aproximación hacia Esquerra Republicana, sobre todo ante la negociación del pacto fiscal, un objetivo que Rajoy ya ha comunicado a Mas que será muy difícil que Cataluña pueda conseguir, pero por el que la Generalitat está dispuesta dar la batalla política.

Por ello, y ante el posible choque de trenes que desde el nacionalismo se anuncia si no hay pacto fiscal, Camacho se comprometió a «evitar la ruptura». «Estamos en un momento histórico. Estamos en encrucijada», dijo. «Mientras unos quieren levantar muros y fronteras, nosotros construimos puentes». En su opinión, el «separatismo es una traición al catalanismo político y Cataluña».