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Batacazo de Cameron en las municipales británicas

Los primeros datos hacen prever que la participación será históricamente baja

EFE
LONDRESActualizado:

La holgada victoria del Partido Laborista en las elecciones municipales británicas ha supuesto una dura derrota para el Gobierno de coalición entre conservadores y liberaldemócratas, a los que la crisis ha pasado factura.

Como es tradición en la política británica, el Gobierno ha sido castigado sin compasión por los votantes en los comicios municipales celebrados en Inglaterra, Escocia y Gales, en los que los laboristas han superado la cifra mágica de 800 nuevos concejales.

Se preveían malos resultados para los conservadores y los liberaldemócratas, pero las votaciones se han interpretado como un varapalo peor y más peligroso de lo previsto. Los laboristas de Ed Miliband han conseguido sumar más de 2.000 de las 5.000 concejalías sometidas a voto y han ganado el control de 32 nuevos municipios, hasta lograr un total de 75. Por su parte, los 'tories' han perdido 12 ayuntamientos y 405 concejales, sumando 1.005, mientras que los liberales se han quedado sin uno de sus siete ayuntamientos y han visto esfumarse 336 concejalías, por lo que ahora solo controlan 431. Estos resultados de los liberaldemocratas del viceprimer ministro británico, Nick Clegg, son muy similares a los obtenidos en las municipales del año pasado, que fueron los peores de su historia.

Algo que contrasta con la victoria de los laboristas, especialmente significativa en localidades del sur del país como Southampton y Plymouth, territorio habitualmente dominado por los conservadores. Los resultados de Gales, donde el partido de centroizquierda ha recuperado muchas de las concejalías perdidas durante el Gobierno de Gordon Brown, y la victoria en Birmingham, segunda ciudad del país en número de habitantes, ha dejado también muy buen sabor de boca en las filas laboristas.

Lo mismo ocurre con Escocia, el que fuera hasta hace poco su feudo histórico, donde, a pesar de los buenos resultados de los nacionalistas de Alex Salmond, los laboristas han conseguido subir y sobre todo mantener la joya de la Corona, la ciudad tradicionalmente obrera de Glasgow.

Dura pugna por la alcaldía de Londres

El único alivio para el primer ministro británico, David Cameron, podría ser una victoria en Londres, donde se espera, aunque de manera muy ajustada, que el actual alcalde conservador, Boris Johnson, se imponga al laborista Ken Livingstone, una decisiva batalla electoral cuya conclusión se conocerá esta noche.

Según las estimaciones de la cadena pública BBC, los resultados de estos comicios locales extrapolados a unas elecciones generales supondrían un 38% de los votos para el partido de Ed Miliband, frente al 31% de los 'tories' y el 16% de los liberaldemócratas.

Mientras los laboristas ven hoy mucho más cerca la posibilidad de ganar las próximas elecciones generales, que se tendrán que celebrar antes de 2015, los conservadores y liberademócratas se enfrentan, según todos los analistas, a momentos duros que ponen en juego la permanencia de su complicada coalición de Gobierno.

Muchas voces dentro de las filas conservadoras han culpado ya de los malos resultados al giro al centro del primer ministro británico, con políticas como el matrimonio gay, por lo que han pedido que se recuperen los valores tradicionales del partido. Por su parte, los liberaldemócratas de Nick Clegg han vuelto a ser castigados perdiendo la mitad de sus votantes, una tónica que se repite desde que llegaron al Gobierno de coalición con los conservadores.

Duro varapalo al primer ministro

Al aceptar su derrota, David Cameron la ha achadado a la crisis y ha dicho que las medidas de austeridad que está tomando el Ejecutivo son "difíciles", pero "correctas" por "el bien del país".

Pero, además, hoy el primer ministro conservador se ha enfrentado a otra derrota, ya que su apuesta personal de extender a otras ciudades la figura de alcalde electo, modelo que se utiliza en Londres, ha fracasado estrepitosamente. De las nueve ciudades que sometieron ayer la fórmula a referéndum, ocho la rechazaron y solo Bristol (oeste de Inglaterra) dio el visto bueno.

En unas elecciones caracterizadas por una participación históricamente baja, del 32% (la menor desde 2000), el ultraderechista British National Party (BNP) ha perdido las seis concejalías que ostentaba hasta ahora. Muchos de sus votos han ido a parar al partido marcadamente euroescéptico y conservador Uk Independence Party (Ukip), que ha alcanzado el 14% de los votos en las localidades en las que se presentaba.