El ministro de Defensa se abre a un diálogo con Marine Le Pen
PARÍS. Actualizado: GuardarEl ministro de Defensa francés, el conservador Gérard Longuet, considera a Marine Le Pen, presidenta del ultraderechista Frente Nacional, una interlocutora legítima con la que «será posible hablar de temas difíciles». Esta fisura abierta en el cordón sanitario establecido por la derecha parlamentaria en torno a la formación lepenista desató una inoportuna tormenta política en el partido de Nicolas Sarkozy a cuatro días de la segunda vuelta de las presidenciales.
Militante en su juventud del grupúsculo de extrema derecha Occident, Longuet dice conocer bien a Jean-Marie Le Pen, que «nunca ha podido resistirse al placer de las provocaciones». Pero juzga que «hay una diferencia notable entre Marine Le Pen y su padre» pues «su hija no sufre esa tara», en una entrevista publicada ayer por 'Minute', una revista de extrema derecha.
El posicionamiento favorable a tender puentes de diálogo con el Frente Nacional en su versión marinista provocó una avalancha de críticas en los sectores más moderados de la derecha francesa. El exprimer ministro Jean Pierre Raffarin calificó la declaración «lamentable en el fondo e inoportuna en la forma». Valérie Pécresse, portavoz del Gobierno, puntualizó que «Marine Le Pen no es más un interlocutor que su padre».
La UMP, el partido de Sarkozy, llamó al orden a Longuet, quien rectificó a través de un comunicado en el que constata que «la sola mayoría gubernamental posible es la alianza del centro y la derecha republicanas». Pero a la vez la formación gobernante anunció que autorizará las corrientes en su seno, lo que se percibe como un intento de canalizar las tensiones internas que podrían surgir en caso de una derrota de Sarkozy el domingo.
En una entrevista, el candidato socialista, François Hollande, opinó que las manifestaciones del ministro de Defensa no eran dignas de un miembro del Gobierno. Su portavoz, Najat Vallaud-Belkacem, apuntó que Longuet tenía el mérito de «decir claramente lo que parece prepararse en el ánimo de muchos entre la derecha y la extrema derecha».