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Empleados de la subasta atienden llamadas de posibles pujadores. /Foto: A. Gomber (Efe) | Vídeo: Atlas
ARTE

'El Grito', en el cielo

Subastan por 91 millones de euros por la obra de Edward Munch, la única que permanecía en manos privadas

MIGUEL LORENCI
MADRIDActualizado:

Se veía venir. A excepción de que una catastrófica sorpresa echase por tierra todos los pronósticos, 'El Grito', la magistral pintura de Edvard Munch subastada en la madrugada del jueves en la sala Sotheby's de Nueva York, tenía el billete para ascender al cielo de las estratosféricas cotizaciones artísticas alcanzada en al subastas, un Olimpo en el que conviven apenas una decena de piezas. En principio, se daba por supuesto que la puja rompería la estimación de los 106 millones de dólares (casi 81 millones de euros) un cifra superada solo por un puñado de obras de genios como Picasso, Giacometi, Klimt o Van Gogh. Y rompió esa barrera con no poca contundencia: 119,9 millones de dólares (91 millones de euros).

El récord absoluto es para 'Los jugadores de cartas', de Paul Cézanne, adquirido por la familia real catarí por 250 millones de dólares (190 de euros). 'Muchacho con pipa', de Picasso, se vendió en 2004 por 104,1 millones de dólares (80 de euros ). Otros dos picassos, 'Dora Maar au chat' y 'Desnudo, hojas y busto' se vendían en 2006 por 95,2 millones de dólares cada uno (72,5 de euros). La filiforme escultura de Giacometti 'L'homme qui marche I' se subastó por 92,5 millones de dólares (70 de euros). El retrato de Adele Bloch-Bauer II' de Gustave Klimt, se vendía en 2006 por 87,9 millones de dólares (67 de euros), mientras que el 'Retrato del Dr. Gachet', de Van Gogh, se adjudicó en 1990 por 82,5 millones dólares (62 de euros).

'El Grito' sacado a subasta es la única en manos privadas de de las cuatro versiones existentes de este icono de la modernidad y símbolo de la angustia existencial . Es un cuadro tan apreciado como poco observado. Apenas visto en Europa, se había mostrado fugazmente en Estados Unidos en los años setenta del siglo pasado. Se ha exhibido de nuevo en vísperas de la subasta bajo estrictas mediadas de seguridad, ya que otra dos versiones atesoran un rocambolesco historia de sustracciones.

La archifamosa versión del cuadro de Munch se diferencia de las otras tres existente en el dramatismo la viveza de su colorido, en especial en el rojo intenso del cielo que contrasta el amarillo y el azul del atardecer. Es además la única de las cuatro composiciones en la que uno de los dos personajes secundarios parece encogido por el dolor.

La tercera de las cuatro versiones pintadas por Munch es también la única que mantiene el marco original decorado por el propio artista noruego, con un explícito poema aclaratorio sobre su génesis, durante un paseo por el entono del psiquiátrico en el que estaba ingresada su hermana esquizofrénica. "Estaba yo caminando por la carretera con dos amigos / a la puesta del sol - El cielo se tornó rojo sangre / Y sentí un aroma de melancolía - Me quedé parado / muerto de cansancio - por encima del negro-azulado / de las leguas de sangre y fuego del Fiordo y la Ciudad - Me quedé atrás / temblando de Ansiedad - y sentí el gran grito de la Naturaleza", scribio el propio pintor en el marco.

Robadas y recuperadas

Se tiene por cierto que la versión de 'El Grito' que Munch pintó en 1893 es la primera de la serie. Pieza estelar del Museo Munch de Oslo, se trata de un dibujo sobre madera. Ese mismo año Munch debió elaborar la segunda versión, visitable a unos kilómetros de la primera en la Galería Nacional de Noruega. Esta revisión, más definida y elaborada, fue la que se sustrajo en 1994 del museo público noruego durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Lillehammer que concentraron toda la atención de país y que fue recuperada ese mismo año.

El segundo y más espectacular robo de 'El Grito' fue el de su cuarta versión, pintada en 1910, y robada del sofisticado y modernísimo Munch Museum a punta de pistola en 2006 junto a otra obra, 'Madonna'. Ambas pinturas serían recuperadas en 2008 y exhibidas de nuevo en el museo.

La tercera versión esta desde hace setenta años en mano de una familia de armadores noruegos, los Olsen. Thomas Olsen (1897-1969) fue vecino, amigo muy próximo y benefactor de Edvard Munch, de quien adquirió un buen puñado de obras desde finales de los años veinte. El padre del actual propietario de 'El Grito', Petter Olsen, jugó un papel crucial para evitar la destrucción de casi 80 originales de Much que hubiera sido reducidos a cenizas cuando el régimen nazi incluyó al atormnatdo pintor noruego en su catálogo de artistas degenerados.

He vivido con esta obra toda mi vida y su poder y su energía han ido aumentando con el tiempo" ha dicho Petter Olsen que creía llegado "el momento de ofrecer al resto del mundo una oportunidad para ser su dueño y apreciar esta extraordinaria obra". Estas palabras del propietario figuraban en el catálogo de la subasta.