Antena 3 conquista el 1 de mayo

Cuando una cadena de televisión tiene una programación equilibrada, en la que sus espacios están entre los tres primeros en todas las franjas de audiencia, desde la mañana hasta la noche, ya tiene mucho camino adelantado para ser uno de los canales favoritos de la audiencia. Eso es a lo que aspiran todas las cadenas, lógicamente, pero no es tan fácil de conseguir.

Hay que tener un buen arranque del día, mantener el tipo hasta el mediodía, tener un informativo atractivo, una sobremesa capaz de luchar contra los pesos pesados de la programación (Amar en tiempos revueltos y Sálvame), una tarde con un programa relevante, un informativo que vuelva a dar la talla y una noche tan larga como interesante para la audiencia que prolongue el interés hasta bien pasada la medianoche. La teoría es sencilla; la práctica, no tanto.

Ayer, en un día raro en términos televisivos, pues fue festivo en toda España, Antena 3 cumplió a rajatabla todos estos mandatos. Y le fue estupendamente bien.

Empezó el día algo floja, con una programación basada en programas de refritos de vídeos. Pero a partir de ahí mejoró: hizo un buen final de mañana gracias a ¡Ahora caigo! y Los Simpson, mantuvo el tipo con el informativo, hizo una extraordinaria tarde gracias a la emisión consecutiva de tres películas, aguantó el tramo previo el prime time gracias al informativo y a El hormiguero y se plantó a las 22.30 horas, la del inicio de su serie estrella, Luna, el misterio de Calenda, con los deberes hechos y lista para dar batalla a su rival de la noche, el programa de Telecinco Hay una cosa que te quiero decir.

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