Tribuna

Poca vergüenza no, ninguna

ABOGADO Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Sí como sostienen los socialistas gaditanos la «instrucción» de la jueza es un proceso orquestado por la derecha andaluza con el aval del PP y de un sindicato ultraderechista, con un burdo objetivo.tratar de hacer una causa general sobre la gestión de los gobiernos de Manuel Chaves y Pepe Griñán, sí realmente como dicen es «una causa contra todos los socialistas de Andalucía, sí además reivindican como han hecho, el magnifico papel de defensa del empleo y de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras de nuestra tierra», sí defienden cabalmente «la inocencia y la dignidad de Antonio Fernández; una dignidad que está siendo brutalmente atacada», sí entienden que Antonio Fernández es «un represaliado político, víctima de una campaña de descrédito y de acoso y derribo por parte de la derecha más reaccionaria.que le están situando ante la opinión pública como sí del mayor criminal del mundo se tratara», sí como sostiene el Secretario andaluz de la UGT el «auto se encuentra más dentro de la opereta que hay montada en torno al caso de los ERE, pero en absoluto porque haya elementos de peso, sí por todo ello y por muchas más cosas que harían interminable el párrafo, ¿por qué la Junta de Andalucía y la UGT como parte acusadoras que son en el caso, no han solicitado en su alegato ante la Juez con ocasión del auto de prisión provisional, la libre absolución sin más del encausado? Esa es la pregunta que hay que hacerse y la respuesta se la doy yo de forma inmediata, porque ante la gravedad de los cargos que se le imputan en el auto, las alegaciones incontestables y un hilo argumental perfectamente determinado, todo el mundo sabe, socialistas incluidos, que el caso llamado del 'fondo de reptiles' no ha hecho sino comenzar. Ha sido un saqueo perfectamente diseñado y organizado desde arriba, no en la medianía de un director general, que sólo ha sido un vulgar ejecutor y por supuesto, un mero mandado.

Me repugna el uso desmedido en ocasiones de la prisión provisional. Solo la juez sabe por qué ha tomado esa decisión. El auto es lo suficientemente expresivo. Elocuente para clarificar la situación y la intervención del exconsejero en los seis delitos que se le imputan. La gravedad de los hechos delictivos imputados en el auto, ha puesto al PSOE contra las cuerdas, que percibe con inquietud la gravedad de los hechos y las más que posibles por previsibles, consecuencias penales sobre otros integrantes del Consejo de Gobierno, durante el transcurrir de la trama.

Me viene a la memoria Leibniz. Éste entendía el Ordenamiento jurídico como una eterna vía de entendimiento. Lo estructuraba sobre una ecuación básica universal, que ni es perpetua, ni es inamovible. Por eso Leibniz comparaba a los jurisconsultos romanos que con el sistema jurídico buscaban el ideal de justicia, con los matemáticos que aplicaban sus principios como fórmulas algebraicas. Por eso solo la Juez, sabe el verdadero alcance de las declaraciones y sus efectos procesales inmediatos, extensos y meticulosamente recogidos en el auto. El círculo de las justificaciones se cerrará con las que de forma expresa fundamenten las resoluciones de los recursos que contra su decisión se interpondrán. Ah, que no se nos olvide, los dos fiscales anticorrupción han sido categóricos en sus alegatos y han exigido lo mismo que la Juez ha resuelto. Pero volvamos a las Matemáticas y al Derecho. Para eso traemos a colación al matemático, filósofo y erudito jurisconsulto alemán. De igual forma que en el caso Gal, el inefable Garzón utilizó la formulación matemática de las ecuaciones, y puso la "x" como la variable a despejar, que encerraba el nombre del responsable en la cumbre del caso. Ahora, las matemáticas del derecho apuntan a una ecuación de segundo grado con una "x" al cuadrado o lo que es lo mismo, dos veces "x".

Pero, las Matemáticas a diferencia del Derecho, son paradigma de las ciencias exactas. El Derecho debe contentarse con ser justo y racional. Sin embargo no cabe mayor irracionalidad que la participación de la Junta de Andalucía en el proceso. La Junta se ha aupado al imposible metafísico de ser parte acusadora y por lo visto ahora, a la vista del comportamiento de algunos de los integrantes del Gobierno andaluz en funciones y una parte importante de socialistas, sobre todo gaditanos ellos, parte defensora también. Ahora bien, no todo es lo que parece y trasciende. Los propios servicios jurídicos de la Junta de Andalucía adscritos a la Consejería de Empleo viendo el cariz que toma el caso, consideran ahora que concurren causas de nulidad de pleno derecho, por la incompetencia manifiesta del Director General para otorgar subvenciones, ya que la competencia para ello, según las prescripciones contenidas en la Ley General de la Hacienda Pública de Andalucía, es atribuida al Consejero. Además, dichos servicios jurídicos consideran también ahora, que las ayudas se concedieron «prescindiendo total y absolutamente del procedimiento administrativo» al efecto establecido en la disposiciones sobre subvenciones de la Junta de Andalucía, advirtiendo para colmo, que en algunos de los casos por ellos examinados, «ni siquiera consta la preceptiva solicitud de la empresa».

No sé lo que pensaría Leibniz o Descartes al respecto de lo ocurrido, si estuviéramos en el último tercio del siglo XVIII. Ahora en los albores del siglo XXI, los fiscales han centrado casi matemáticamente la cuestión en su último alegato en forma de pregunta que resume el «procedimiento»: ¿No es cierto que, con la excusa de la Paz social, La Junta de Andalucía ideó el sistema para disponer de fondos sin control previo ni posterior para repartirlos en beneficio de unos pocos y en detrimento de otros? Yo lo terminaré de centrar si Uds. me lo permiten. El «fondo de reptiles» era el mecanismo necesario para la supervivencia de un "Régimen" en el tiempo y mantener controlado a todo el que podía moverse. La compra de la paz social no era un mero medio, era el fin por el que se ideó la partida 31L.