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La lluvia salpica pero no empapa
Famosos televisivos, pilotos, viejos mitos del motor, bellezas de revista, y hasta espartanos al amparo de su héroe: es el espectáculo del 'paddock'El ambiente en el Circuito de Jerez crece a medida que el sol le gana la partida a las nubes
CÁDIZ. Actualizado: GuardarUn puñado de guerreros espartanos a la espera de la llegada de su héroe Lorenzo. La televisiva periodista Samanta Villar grabando su reportaje. Bellezas insuperables, de revista, objetivo permanente de los flashes. Los grandes pilotos en sus 'scotters' deslizándose por el asfalto. Famosos, políticos, deportistas, periodistas... Ruido, mucho ruido, y no solo de motores. Es el espectáculo del 'paddock', más allá del Mundial de Motociclismo, por encima del Gran Premio de Jerez.
Se podría decir que circulan por carriles diferentes, que a veces se cruzan en una intersección pero que son independientes aunque se retroalimenten, unos a otros. Es el punto caliente de un enorme circuito gestionado a la perfección y con un control y dominio exhaustivos de la situación. El grado de la experiencia.
Y eso que la tormenta a primera hora de la mañana pasó por agua las mejores previsiones. La fuerte lluvia no perdonó, llegó a su hora a la cita con el Gran Premio y apareció presta en los últimos entrenamientos libres. Los charcos y el fango eran la alfombra de camino al circuito, y el asfalto mojado propició una tanda accidentada con caídas como la del francés Techer, que fue trasladado al hospital con una ligera conmoción cerebral.
No obstante, la hora de la verdad rescató el buen tiempo. La QP, la sesión clasificatoria, se hizo sobre el asfalto semiseco, un quebradero de cabeza para unos pilotos desorientados. A su vez, los aficionados comenzaban a tapar las calvas en la grada al comprobar que las nubes pasaban de largo. La lluvia había salpicado pero no había calado los huesos.
El panorama cambiaba. De nuevo se hablaba de gran asistencia, de las mejores del panorama internacional. En el 'paddock', Francisco González Cabaña daba ánimos a los gaditanos Moncayo y Moreno, que no están disfrutando de este Gran Premio por culpa de los malos resultados. Las azafatas, soportes móviles de publicidad, atendían con amabilidad extrema y la mejor de sus sonrisas a todo aficionado que quisiera vacilar con los amigos. La sala de prensa era una futurista y monitorizada torre de Babel, con una amalgama de diferentes lenguas y acentos que se entremezclaban con el ruido del motor y el olor a rueda quemada y gasolina.
Lo 'friki' se colaba en Jerez de la mano de los espartanos, unos diez (que no 300) seguidores de Jorge Lorenzo, que ataviados como los temibles griegos en la batalla de las Termópilas insuflaban ánimos a su héroe, a la sazón el triunfador de la jornada. Samantha Villar no perdía detalle para su reportaje, pero la atención, primero en las nubes y luego en la grada, ya pasaba directamente al asfalto porque los grandes del motociclismo se batían a duelo en cada curva.
La afición vibraba con la pelea entre Lorenzo, Pedrosa y Stoner, tomaba protagonismo y aclamaba cada acción, cada recorte, cada giro. Prorrumpió en aplausos y vitoreó al espartano cuando se ganó la pole en la penúltima vuelta, y ya sin paraguas ni chubasqueros, disfrutaba de los últimos rayos del sol pidiendo clemencia para que la mañana de hoy se porte como la de ayer. Y que nadie resbale con tanta agua.