Cristiano propulsa al Madrid hacia el título
El portugués y los goles de Benzema facilitaron la goleada ante el Sevilla y acercaron la celebración del título
MADRID Actualizado: Guardar«En lo bueno y en lo malo», rezaba una pancarta desplegaba en el Fondo Sur de un Bernabéu preparado para celebrar un alirón retrasado. Tras el mazazo del Bayern, llegó el momento de curar las penas en la Liga, y antes de que sentenciase un doblete de Benzema, fue el de siempre, Cristiano Ronaldo, el encargado de propulsar al Real Madrid hacia la conquista del título en una primera muestra de poderío al contragolpe y capacidad de resolución. Fue su gol número 43 en el campeonato para colocar ya la corona liguera en las manos del Madrid y mantener también las opciones para que el equipo de José Mourinho supere el récord histórico de puntuación del Barça. Lo conseguirá si gana sus tres últimos partidos, después de imponerse a un Sevilla que solo puso en apuros al líder durante el primer cuarto de hora y después sufrió ante el hambre de gloria, la clara superioridad del líder y la habitual pegada de un equipo demoledor en ataque.
La merecida goleada pudo ser aún más amplia en un encuentro muy plácido del Madrid, que aunque salió muy frío y tardó en entrar el choque, cuando lo hizo, tras el gol de Cristiano, fue para tocar y arrollar a un aspirante a Europa que ahora está nada menos que a 45 puntos. Se trataba de no fallar, de devolver la felicidad al madridismo, y el Sevilla de Míchel, negado en el remate y endeble en defensa, se convirtió en la víctima propicia para la celebración. La fiesta comenzó a vivirse en las gradas al comienzo de la segunda parte, cuando en solo tres minutos, Benzema dio la puntilla al aprovecharse de los graves errores defensivos de los hispalenses.
De menos a más, el Real Madrid no tardó en transformarse y pronto pasó de un arranque insulso e incómodo a una nueva demostración de autoridad y eficacia. Beneficiado por el gol de ‘CR7’, en cuanto se abrió el marcador se tranquilizaron los ánimos y comenzó la exhibición de los de Mourinho. Un cuarto de hora antes el árbitro había anulado una jugada que acabó en gol del Sevilla por una presunta falta de Negredo a Pepe, pero en cualquier caso, en una mañana tan especial y con la solvencia, calidad y definición de la que presumen los blancos, seguro que el triunfo tampoco se habría escapado si hubiese sido preciso remontar.
Aunque los madridistas han llegado a la recta final con las pilas casi agotadas, en momentos tan decisivos son la cabeza y la fe las que mueven las piernas. La dolorosa eliminación de la ‘Champions’ golpeó con fuerza en los primeros minutos, pero los blancos se alejaron pronto del fantasma europeo. El abultado resultado permitió a Mourinho incluso conceder descanso a Xabi Alonso, que lo ha jugado prácticamente todo y que ante el Sevilla tuvo un nuevo compañero en el pivote: Granero. El técnico portugués volvió a alinear a los ‘jugones’ y el Madrid jugó cómo y cuando quiso contra un flojo adversario que perdonó sus ocasiones.
«¡Campeones, campeones!»
Al grito de «¡Campeones, campeones!», los blancos también se tomaron sus períodos de asueto, pero cuando se debía elaborar y rematar, el Madrid cumplió con creces. También se contagió el Sevilla de su ritmo cansino en unos últimos minutos en los que pareció que ninguno quería jugar. El Madrid solo deseaba ya que el árbitro pitase y, ya que no lo podía festejar en el terreno de juego, sí lo pudiese hacer una afición que disfrutó, sobre todo, con los goles. También durante algunas fases con el fútbol de un equipo que, aunque no deslumbró volvió a mostrarse letal en el aspecto ofensivo, cuando quiso apretar lo hizo, y cuando deseó aflojar, tampoco tuvo repartos. Agarrado a ese 3-0 propiciado por una asistencia de Benzema y otros dos goles del francés, el Madrid pudo guardar fuerzas para el duelo del miércoles en San Mamés, donde no estará el sancionado Di María.
Con el mismo once que salió en la vuelta de semifinales de la ‘Champions’, salvo Granero en lugar de Khedira, que sustituyó después al madrileño, y sin un solo minuto para Higuaín, ni por supuesto Kaká (como estaba cantado), el Real Madrid ofreció otra demostración de oficio, temple, llegada y clase en el remate Solo le faltó más efectividad para reflejar en el marcador el dominio que ejerció sobre el Sevilla desde que encontró puerta en la primera oportunidad clara de gol. En eso el Madrid, el mejor del mundo a la contra, no perdona. Y mucho menos si es a Cristiano al que le toca recortar a Coke y llevarla a la red. El lateral sevillista, asustado ante el extraterreste ‘CR7’, se tiró demasiado pronto y quedó retratado. También en el segundo gol, cuando Benzema se aprovechó de un rebote de Coke, desbordado cuando se producían las avalanchas locales.
Fueron tres, pero pudieron y debieron ser más, porque los blancos dispusieron de numerosas ocasiones en un primer tiempo en el que el Sevilla trató de tú a tú y plantó cara hasta que se vio en desventaja. A partir de ahí fue un enemigo menor que también se salvó por un disparo al poste de Cristiano en un libre indirecto dentro del área cuando se acercaba el descanso. El resultado se quedó entonces corto, pero en cuanto llegaron los pases a Benzema y el Madrid se proyectó aún más por las bandas, el Sevilla quedó fulminado. Con la calidad del Madrid en la definición, Cristiano ya suma dos goles más que todo el Sevilla, y Benzema solo tiene uno menos que Higuaín. El argentino se marchará, pero mientras se espera al ansiado Agüero, el Madrid puede preocuparse un poco menos, porque Cristiano sigue a lo suyo y el francés continúa creciendo.