Un 'match ball' de casi 12 horas
El Madrid solo será campeón si gana al Sevilla y el Barça pierde en Vallecas
MADRID.Actualizado:Pudiera ser un 'match ball' de casi 12 horas. El Real Madrid dispone de su primera oportunidad de la temporada para sentenciar la Liga. Sin embargo, sin depender de sí mismo, la resolución del título a cuatro jornadas del final podría durar medio día, entre el inicio de su partido matinal contra el Sevilla y el final del encuentro nocturno de Vallecas, o retrasarse al próximo miércoles en San Mamés. A seis puntos de la corona, el alirón del Madrid está a la espera de su obligado triunfo ante el Sevilla, al que el líder aventaja en nada menos que en 42 puntos, y de una derrota del Barça ante el Rayo. Si el Real Madrid gana y el Barcelona pierde, la Liga ya será blanca. Complicada posibilidad, pero factible, por lo que será preciso vallar la Cibeles si al filo de las dos de la tarde el líder no ha fallado ante el equipo de Míchel.
Solo cuatro días después de su enorme decepción europea, los madridistas podrá curar sus penas con el campeonato, aunque el capricho de los horarios impedirá que la conquista matemática del título se celebre en el terreno de juego y en las gradas del Bernabéu. Si acaso, se festejaría en las calles, pendiente el madridismo, quizás hasta cerca de la medianoche, de lo que haga el todavía campeón de Liga, también en la capital. En cualquier caso, el equipo de José Mourinho debe hacer su trabajo y cumplir con lo que se le exige, que es ganar a un Sevilla que en 34 partidos ha marcado menos goles que los que lleva Cristiano en su cuenta particular: 41 frente a 42.
Superadas ya las plusmarcas goleadoras de la historia, tanto por parte del equipo como de 'CR7', los retos que le quedan al Madrid también son ahora superar el récord de puntuación en la Liga (si gana los cuatro partidos que quedan llegaría a 100 y superaría los 99 del Barça de hace dos años) y empujar a Cristiano hacia otra Bota de Oro en su batalla contra el deprimido Messi. Con la Liga tan cerca, ni el crack portugués ni sus compañeros han entrado en tal estado pese a lo ocurrido ante el Bayern, y la visita del Sevilla se presenta como la ocasión de resarcirse. Será el segundo encuentro de la temporada en el Bernabéu al mediodía, tras la goleada a Osasuna (7-1) hace casi medio año. Al igual que el Madrid ansiaba jugar cuanto antes el partido del Camp Nou ante el eterno rival para acabar con una maldición y poner fin a la hegemonía azulgrana en la Liga, los blancos están deseosos de enfrentarse al Sevilla para dar un golpe definitivo.
Así lo asegura el ayudante de Mourinho, Aitor Karanka: «Los futbolistas están tristes por la eliminación europea, pero con mucho orgullo y ganas de que llegue este partido». Las circunstancias no les favorecen, porque aunque el Madrid sigue confiando en su pegada, el cansancio ya pesa demasiado y los penaltis del miércoles aún golpean sus cabezas. «Será un partido complicado, porque el Sevilla lleva entrenando toda la semana y nosotros solo vamos a tener dos días», lamenta Karanka.
El segundo de Mourinho llevaba también muy bien aprendida la lección del entrenador portugués cuando al técnico vasco se le preguntó su opinión sobre la marcha de Guardiola. No podía deshacerse en elogios hacia el azulgrana. «La Liga española ha existido sin Guardiola y existirá sin Guardiola. Sus títulos están ahí, pero con él o sin él, con o sin Karanka y con o sin Mourinho, la Liga seguirá existiendo. Guardiola ya es historia», respondió quien ya es habitual en las ruedas de prensa una vez que Mourinho ha decidido alejarse de los focos cuando se trata de la Liga.
Con las pilas de muchos de sus futbolistas agotadas en esta recta final de temporada, el luso reservará a más de un titular, y Xabi Alonso y Benzema entran en las quinielas. También será un buen momento para que el Bernabéu, con distinto público al de Europa, dé cariño a Sergio Ramos después de que los aficionados se hayan cebado con el sevillano, objeto de mofa en las redes sociales por su penalti fallado ante el Bayern, y también a Cristiano. Quien ya ha perdido el escaso crédito que le quedaba es Kaká.