En el peor año
El Gobierno y la UE deben plantearse una corrección en la política para salir de la crisis que procure una mínima reactivación
Actualizado: GuardarEl Gobierno dio a conocer ayer el Programa de Estabilidad 2012-2015 junto al Plan Nacional de Reformas que ha remitido a Bruselas en una jornada que despertó con el dato de que ya son más de cinco millones seiscientos mil los parados. Aunque la noticia de que el próximo año subirán el IVA y los impuestos especiales acabó relegando las palabras de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría sobre el difícil momento que atraviesa la economía española. La creciente destrucción de empleo describe un panorama aciago sin que nadie pueda asegurar cuándo tocaremos fondo y, sobre todo, cuándo podremos iniciar la remontada. El ministro De Guindos expuso ayer el contenido de un programa de estabilidad que muestra los hitos que la economía española deberá ir superando para cumplir tanto con las obligaciones adquiridas como para atisbar un horizonte esperanzador dentro de lo que cabe. El Gobierno sigue confiando en acabar el año con un déficit del 5,3%, reducirlo al 3% en el próximo y situarse en el 1,1% al finalizar 2015. Pero la incertidumbre es tan fuerte y los factores en concurrencia tan imprevisibles que resulta inevitable una gran carga de escepticismo -al que sin duda contribuye la subida del IVA prevista para 2013- tanto respecto a los supuestos internacionales como en lo que se refiere al comportamiento público y privado de nuestra economía. Un escepticismo que solo el cumplimiento trimestre a trimestre de los objetivos y de las previsiones que contiene el proyecto presupuestario para el presente ejercicio podrá atenuar. El escenario macroeconómico del programa de estabilidad presenta 2012 como el peor año de la crisis, a partir del cual nuestra economía iniciaría una paulatina mejora. Pero en la medida en que el paro previsto para 2015, aun siendo inferior al consignado ayer, es superior en siete décimas al de 2011, -21,6 frente a 22,3- es evidente que más allá del énfasis verbal el Gobierno no se muestra con ánimos para pecar de optimismo. Especialmente si tenemos en cuenta que la continuidad de semejantes niveles de desempleo comporta la cronificación del paro en hogares condenados a la exclusión social.
Factores de desconfianza
Luis de Guindos se refirió al desequilibrio presupuestario de las autonomías y a la situación de la banca española -que explicaría la rebaja de solvencia dictada por Standard & Poor's y las indicaciones sobre un eventual rescate a cuenta de los fondos europeos- como los dos factores que mayor desconfianza suscitan en el exterior, al tiempo que depositaba la confianza del Gobierno en la creciente competitividad de nuestra economía. Sin embargo las perspectivas exportadoras se sitúan para 2015 un punto por debajo del 2011. El hecho de que tanto el consumo privado como sobre todo el de las administraciones públicas se prevea negativo o limitado en su crecimiento durante los tres próximos ejercicios obliga a preguntarse sobre la demanda que tirará de la economía española. El debate que se está suscitando a nivel europeo respecto a la necesidad de un cambio de paradigma en la respuesta a la crisis, que relaje en el tiempo los ajustes para aplicar también medidas de crecimiento, introduce un factor añadido que relativiza la importancia del cuadro de estabilidad presentado por España a la UE. El Gobierno se ha empleado a fondo en las necesarias reformas estructurales y el obligado ajuste presupuestario, pero el panorama que se dibuja a medio plazo es el de una recuperación imposible con ingentes costes sociales. Tanto la UE como el Ejecutivo español deben comenzar a plantearse con urgencia una corrección en la política de salida de la crisis que procure junto a los recortes una mínima y paulatina reactivación.