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El presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, durante la cumbre celebrada ayer en Bruselas. :: LAURENT DUBRULE / REUTERS
Economia

Europa inicia el viraje hacia el crecimiento

Herman Van Rompuy no contempla por el momento la relajación de los objetivos de déficit El presidente de la UE anuncia la revisión de la receta anticrisis con fórmulas que reactiven el pulso

IÑAKI CASTRO CORRESPONSAL
BRUSELAS.Actualizado:

El transatlántico europeo empieza a virar hacia el crecimiento. Tras dos años con la brújula orientada hacia una lucha implacable contra el déficit, el coloso comunitario pone su proa en dirección a la reactivación económica. El presidente de la UE, Herman Van Rompuy, confirmó ayer el nuevo rumbo después de varias semanas de debate soterrado y ante la evidencia de que distintos socios -entre ellos España y Reino Unido- han vuelto a deslizarse hacia la recesión. El cambio de receta, que defiende desde hace meses el Fondo Monetario Internacional y que se concretará tras las elecciones francesas del próximo 6 de mayo, no contempla de momento una relajación de los objetivos de déficit, pero abre la puerta a medidas conjuntas para reducir el paro y facilitar la financiación a las empresas.

Van Rompuy desveló la nueva estrategia durante una destacada cita empresarial en Bruselas. Acompañado por los primeros ministros de Bélgica e Italia, el líder comunitario confirmó que el crecimiento se colocará al frente de las prioridades de la Unión Europea. Desde que estalló la crisis griega en la primavera de 2010, los socios han apostado por una reducción del déficit a marchas forzadas como palanca para regresar a la prosperidad. A diferencia de Estados Unidos, que empieza a ver la luz con una gestión menos rigurosa en el gasto y más concentrada en estimular la economía, Europa ha preferido seguir el camino de la disciplina con Alemania a la cabeza.

Van Rompuy anunció que el rigor no dominará a partir de ahora los planes de la UE. Con la Eurozona abocada a una caída del PIB del 0,3% este año, el político belga remarcó que la reactivación económica y la disciplina serán las nuevas banderas del bloque. «El debate sobre el crecimiento está situándose, con razón, en el centro del escenario en toda Europa», indicó. Aunque insistió en que siempre se ha trabajado para mantener las economías engrasadas, admitió que la Unión «necesita crecer» para mantenerse como «un continente muy atractivo donde vivir y trabajar».

El viraje será medido, progresivo y sin dejar de lado la batalla contra el déficit. El líder comunitario enfatizó que el equilibrio en las cuentas públicas es indispensable para generar un «crecimiento sostenible». Además, exigió decir la «verdad» a los ciudadanos. «No hay fórmulas mágicas», proclamó en referencia al tiempo que se requiere para que los recortes y las reformas estructurales se traduzcan en la creación de empleo. En este contexto, se dolió por las «exigencias esquizofrénicas» que reclaman disciplina fiscal para tranquilizar a los mercados y, «al día siguiente», se transforman en críticas porque los ajustes «matan» el crecimiento.

Con el déficit convertido en objetivo irrenunciable, el presidente de la UE alertó de que no existe margen para poner en marcha políticas de estímulo. Van Rompuy recordó que esta vía quedó agotada en los primeros años de la crisis y que las herramientas del BCE -la compra de deuda y las inyecciones de liquidez a la banca- están alcanzando sus «límites». Y tras señalar claramente los márgenes del campo de juego, dio algunas pistas de las medidas que podrían explorar los Veintisiete -preocupados por la fortaleza de partidos extremistas antieuropeístas en Francia, Finlandia u Holanda- de cara a la cumbre de presidentes de finales de junio. Incluso, adelantó que estudia convocar otra cita antes, aunque habrá que esperar al resultado de las elecciones francesas de la semana que viene.

Plurianuales

La nueva receta anticrisis se centrará en buscar fuentes de financiación alternativas a los presupuestos nacionales. Van Rompuy citó las posibilidades que ofrece el Banco Europeo de Inversiones, aunque se necesitaría aumentar su capital en 10.000 millones para ensanchar su capacidad de préstamo. Otra posible palanca serían los presupuestos plurianuales de la UE, que cuentan con una potencia de fuego de un billón si se suma el tramo de siete años. En cuanto al paro, la opción más plausible es agilizar la movilidad de los trabajadores dado que algunos socios, como Alemania y Reino Unido, cuentan con miles de puestos vacantes por falta de mano de obra cualificada.

Van Rompuy no fue el único que escenificó ayer el cambio de prioridades. El primer ministro italiano, Mario Monti, demostró que el debate sobre el crecimiento ya no se desarrolla entre bambalinas. «Por sí solas, las reformas estructurales nunca reactivarán la actividad», subrayó antes de reconocer que los esfuerzos para eliminar los desfases en el gasto público no pueden minarse.

El jefe de Gobierno belga, el socialista Elio di Rupo, se expresó en una línea similar, aunque puso el énfasis en la necesidad de buscar nuevas fuentes de financiación. A su juicio, la tasa a las transacciones financieras sería una opción a considerar para aumentar los ingresos.

Los llamamientos para impulsar las economías se desbordaron después de que el presidente del BCE, Mario Draghi, proclamara el miércoles que Europa necesita un «pacto de crecimiento». Un mensaje también replicado por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Las propuestas también se han disparado ante la perspectiva de que François Hollande, que ha basado buena parte de su campaña en la necesidad de estimular la actividad, venza a Nicolas Sarkozy en la segunda vuelta de las presidenciales francesas.

Según distintos analistas, el candidato socialista y la canciller alemana, Angela Merkel, que afrontará el próximo año unas complicadas elecciones legislativas, ya han empezado a limar asperezas ante la posibilidad de que tengan que formar tándem en el eje franco-alemán. «No somos unos talibanes de los recortes», resumía el miércoles a modo de guiño el viceministro de Finanzas germano.