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Sociedad

Condenan a seis años de cárcel al expresidente de Anesvad

La juez del caso considera probado que malversó fondos de la ONG y le exige la devolución de 3,2 millones de euros

KOLDO DOMÍNGUEZ
BILBAO.Actualizado:

A finales de 2006, Anesvad era la principal ONG española. Sus agresivas campañas publicitarias le habían llevado a manejar 35 millones de euros salidos de las donaciones de sus 160.000 socios. Justo un año después, esta entidad nacida en 1968 había perdido la mitad de sus recursos y se encontraba al borde de su desaparición tras destaparse un escándalo económico protagonizado por su cúpula directiva.

Ayer, la sección Primera de la Audiencia Provincial de Vizcaya declaró a los tres implicados culpables de un delito continuado de apropiación indebida y les condenó a diferentes penas de cárcel: seis años de reclusión para José Luis Gamarra, presidente de ONG, por, según la sentencia, manejar «ilícitamente» 7,55 millones de euros procedentes de donativos, de los que aún debe reintegrar 3,2 que no constan en ninguna cuenta bancaria; y 21 meses de prisión para José Miguel Sustacha -director general- y José Francisco Martinez -director financiero- por robar de la caja de Anesvad 1,48 millones. La pena de ambos directivos, que admitieron los hechos, fue pactada durante la vista oral con las acusaciones. Los dos han devuelto los fondos sustraídos y por carecer de antecedentes no irán a la cárcel.

Presente en 18 países

Con esta sentencia sobre la mesa, Gamarra se convierte en el primer alto directivo de una ONG española de alto nivel condenado a prisión por llevarse el dinero de los donativos de sus socios. En los últimos años se han destapado otros casos de irregularidades en el seno de entidades benéficas, pero ninguna ha tenido ni la relevancia social ni económica que ha alcanzado Anesvad, una organización presente en 18 países de todo el mundo.

La sentencia fue recibida con «satisfacción» por la acusación particular, que representaba a la propia ONG, puesto que el tribunal da por buena su versión de lo sucedido, a pesar de no haber atendido a su petición de 8 años de cárcel para Gamarra. La defensa del principal condenado, por su parte, se mostró «disconforme con la valoración de los hechos» realizada por los jueces y anunció que presentará recurso de casación ante el Supremo. Hasta que el Alto Tribunal no se pronuncie, Gamarra podrá continuar en libertad. «Pensábamos que nuestros argumentos iban a convencer al tribunal y confiábamos en la absolución», aseguró el abogado Jesús Urraza. Según las palabras de su letrado, el expresidente de la ONG «afrontará con entereza» un fallo «muy duro» para una «alguien que no ha hecho otra cosa en su vida que ayudar a los demás». De hecho, «no tiene más propiedades que su piso» y unos valores que «ya están embargados por la Justicia». «El dinero no se lo ha quedado él», asegura el defensor, mismo argumento que Gamarra repitió de manera insistente durante la vista oral.

El relato de la sentencia, sin embargo, contradice esta versión. Lo resume la ponente del fallo, la magistrada Reyes Goenaga, en uno de los puntos de su escrito. «Consideramos acreditado que durante diez años (de 1996 a 2006) Gamarra mantuvo una serie de cuentas fuera de la contabilidad oficial de la Fundación Anesvad (las referidas a la Leprosería de Culión y Misiones de China) y que las gestionó de manera personal sin que existiera control alguno por parte de la ONG, estando tales cuentas nutridas de donativos de socios o colaboradores, y que a lo largo de los años y mediante traspasos y cambios de titularidad, los fondos fueron destinados a fines diversos y ajenos a las finalidades propias de la Fundación». Entre esas «finalidades», el Tribunal hace suyo el informe pericial y da por demostrado que Gamarra uso el dinero para, por ejemplo, adquirir una vivienda en la Gran Vía de Bilbao (204.344 euros), comprar un Renault Clio a su sobrina (18.000 euros) y conceder diversas gratificaciones y préstamos personales a diferentes empleados de la entidad benéfica.