EL JEREZ DE LOS GRANDES EVENTOS
Actualizado: GuardarTras una Semana Santa pasada por agua, Jerez afronta ahora dos citas que pueden y deben servir para inyectar algo de optimismo en un tiempo marcado por el ruido, los gritos, los llantos y la preocupación. La ciudad necesita sonreír de una vez por todas, aparcar, aunque solo sea por unas semanas, el caos y el mal rollo que parecen haberse instalado definitivamente en sus entrañas. Y el Gran Premio -por fin con el centro abierto a las motos- y la Feria se antojan dos eventos idóneos para ello.
El Ayuntamiento, tan insensible para algunas cuestiones, sabe en este caso que se juega mucho y por eso quiere que ambos eventos sirvan para lograrlo. Apuesta fuerte con la apertura del centro a las motos y organizando un amplísimo programa de eventos para atraer a miles de personas. Bares, restaurantes y comercios van a ser, en teoría, los grandes beneficiados. El conjunto de la ciudad, por extensión, también, más allá de las lógicas molestias que los vecinos de algunas zonas concretas puedan sufrir. Es el precio que hay que pagar. Pero nuestros gobernantes, la Policía y todos los que conforman el dispositivo de seguridad durante estos días deberán trabajar duro para evitar incidentes graves que den la razón a quienes consideran que la apuesta es un error. Y no lo van a tener fácil.
Luego vendrá la Feria del Caballo, una cita que, desgraciadamente, se presenta algo descafeinada por aquello de la crisis. Bueno, bastante descafeinada, en realidad. Será más corta y más austera, tanto en la organización como en el gasto, porque ya se sabe que la cosa no está precisamente para tirar cohetes. Será, a buen seguro, la Feria de la cerveza, los rebujitos, la tortilla de patatas y los pimientos -para quienes se lo puedan permitir-. Como ya lo fue el año pasado, pero esta vez más todavía. Se verá poco jamón, pocas gambas y pocos langostinos en las barras y mesas de las casetas. Se verán también pocas copas largas. Pero, pese a todo, esos días ejercerán un efecto analgésico considerable. Supondrán algo así como un oasis en plena travesía por el desierto.
¿Y después qué? Todo volverá a la 'normalidad'. Ya saben, lo del resto del año: seguirá creciendo el paro, los números rojos y las deudas seguirán condicionando la gestión del gobierno local, habrá más huelgas, sindicatos y trabajadores se echarán a la calle, volverán las protestas, continuarán los recortes. Qué quieren que les diga, dan ganas de salir corriendo. Pero, sin embargo, quien suscribe piensa dejarse atrapar por los dos grandes eventos mencionados, sobre todo por la Feria, y disfrutar. Evadirse es bueno de vez en cuando. Resulta, incluso, aconsejable para la salud mental. La realidad es demasiado dolorosa en estos momentos, sobre todo en Jerez. Toca abrir el paraguas, esperar a que escampe y salga el sol, que saldrá tarde o temprano. ¡Qué remedio! Y hacerlo más preparados y dispuestos que antes y con la mejor sonrisa posible.