Verónica Echegui: «Vivo un momento de gozo»
La actriz presenta en ZonaZine 'Seis puntos sobre Emma', la historia de una invidente obsesionada con el reloj biológico
MÁLAGAActualizado:El trabajo de hemeroteca regala a veces felices casualidades. Una de ellas tiene como protagonista a Verónica Echegui, que ha crecido como actriz de forma paralela al festival. Porque fue aquí, en Málaga, cuando Bigas Lunas la presentó como musa de su proyecto 'Yo soy la Juani'. Corría el año 2006 y era una desconocida. Apenas seis años después, Verónica Echegui vuelve al festival con una sólida trayectoria y con un papel bajo el brazo que es una auténtico regalo para una actriz de su perfil.
-Los que ya han tenido la oportunidad de verla en la piel de Emma hablan de papelón...
-Gracias (risas). De entrada fue complicado porque todo pintaba bastante difícil, pero luego ya fue muy gustoso. Le he puesto mucho amor y dedicación, y la verdad es que sí hubo un momento en que ya me daba igual hacerlo bien o mal, cuando me metí en el papel y en todo el proceso de aprendizaje en la ONCE. Fue entonces cuando me enamoré más de la historia y de Emma, porque descubrí cosas en el camino con las que no contaba.
-¿Qué fue lo más difícil del reto físico que supone interpretar a una persona invidente?
-Pues olvidar lo que ya sé, porque a pesar de que no puedo reprogramar mi cabeza para borrar las imágenes sí tenía que contar con que mi personaje nunca había visto y que no conocía el mundo a través de ese sentido. Hay muchos detalles en los que se puede detectar que alguien ve. En la manera de tocar, la manera de encontrar las cosas, la manera de abrir o cerrar una puerta...
-A través de Emma ha descubierto muchas cosas de usted misma que no conocía...
-Por un lado me ha llevado a descubrirme en trampas en las que caía cuando interpretaba. En ese sentido el papel me ha ayudado mucho a clarificar mi trabajo y a descubrir cómo quiero relacionarme con mi trabajo y con la gente.
-¿En qué sentido?
-Pues porque en realidad la ceguera de Emma es una metáfora sobre la ceguera emocional. El hecho de que sea ciega no tiene importancia, al igual que el resto de los discapacitados de la película. Lo que realmente me apasiona de este trabajo es que al final descubres nuevos puntos de vista, y que acabas compartiendo muchas más cosas de las que creías con los protagonistas.
-El hecho de que sea una película de sentimientos también habrá supuesto un reto añadido a la hora de desnudar el alma, de mostrarse ante la cámara...
-Sí, pero lo más complicado ha sido acertar con lo que quería Rober, el director. Yo lo comparo con una bañera taponada, que tiene muchas cosas en el interior pero no te atreves a que salga todo de golpe. Y en ese estado de equilibrio es en el que te tienes que mover.
-¿Trabajar con un director novel le ha dado libertad a la hora de aportar matices personales al papel?
-Más que el hecho de que sea novel influye en cómo es la persona, y en ese aspecto Rober tiene un respeto brutal por el trabajo que hacemos los actores. Es un director que confía en ti, y cuando existe esa confianza es imposible que falle. Si no pruebas no sabes si ganas.
-¿Qué queda de la Juani, la chica que Bigas Luna presentó en el festival del 2006 como musa de su nueva película?
-Uff, pues lo mejor. Siguen quedando las mismas ganas de comerme el mundo, pero ya de una manera diferente, sin ansiedad ni locura y con ganas de disfrutar las cosas bien, a su tiempo.
-¿Y cree que está en el punto de disfrutarlo así, en calma?
-Sí, ya llevo un tiempo. Lo estoy viendo todo con mucha alegría y tranquilidad. Vivo un momento de gozo.
-Elena Anaya se quejaba el domingo en una entrevista con SUR que llevaba dos años leyendo guiones y que no encontraba nada interesante. ¿Comparte esta impresión?
-Sí, yo creo que es muy difícil encontrar guiones que estén bien escritos. Ha llegado un punto en que lo que más me pesa a la hora de elegir proyecto es la dirección, los compañeros y la producción. Si el director es consciente de las limitaciones que tiene la historia, es humilde y tiene ganas de trabajar con los actores yo ya me doy con un canto en los dientes. Creo que si se establece una confianza con el director todo es posible.
-El festival refleja el fenómeno de actores que saltan a la fama gracias a la televisión y hay cierta sensación de que la pequeña pantalla le gana terreno al cine. ¿La tele es buena como apoyo o a la larga puede perjudicar a la industria?
-La tele es una buena plataforma porque la gente la ve masivamente, pero luego el grado de popularidad tampoco decide la taquilla de una película. También creo que los actores tenemos que comer y cada vez se hacen mejores series. De momento no me parece mal, lo que me asusta la sensación de que todo va muy rápido, de que aparece alguien cuya fama crece y crece como una pompa de jabón, y no me gustaría que se perdiera el valor de la interpretación como carrera de fondo.