fútbol | primera división

El Madrid finiquita la Liga en el Camp Nou

Los blancos impartieron una lección de fútbol colectivo y redujeron al Barça a la mínima expresión

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Madrid finiquitó la Liga con un golpe de autoridad incontestable en el Camp Nou, donde hasta anoche Mourinho jamás había vencido en sus nueve visitas. No hizo el futuro campeón un partido memorable ni una exhibición de ataque, pero forzó la abdicación de un Barça al que redujo a la mínima expresión, lo que ya tiene mérito. Gozó de menos posesión de balón que los locales, pero mostró muchas virtudes el líder, que tuvo el partido donde quiso, manejó los tiempos, fue más poderoso físicamente y volvió a exhibir su enorme pegada en los momentos clave.

Salió con grandeza, se adelantó tras un saque de esquina mal defendido y luego supo jugar con el resultado porque el empate también le servía en caso de que el duelo se torciera. Cortocircuitó a los culés, con síntomas de cansancio y esa falta de alternativas en ataque de un equipo que sufre la ausencia delantero centro puro, sometió a Messi y tácticamente estuvo perfecto. Sufrió el empate de Alexis cuando comenzaba a recular en exceso, pero enseguida Cristiano devolvió el partido a su lugar. El portugués superó a Messi en el choque de estrellas y puso la rúbrica a un nuevo orden en el fútbol español que puede dejar secuelas para Europa.

Con siete puntos de ventaja a falta de cuatro partidos, la Liga está acabada. De ahí los festejos de los madridistas al final del duelo y el hundimiento de unos culés que completaron uno de los peores partidos, y con menos ocasiones, de la era Guardiola. Todos sus jugadores, desde Valdés a Messi, actuaron por debajo de su nivel. Preocupa sobre todo la poca presencia de un Xavi mermado por tanta carga de partidos y sus problemas físicos. Salvo Alves, que golpeó a Cristiano y dio la nota discordante, cayeron con estilo y elegancia. Deben levantarse porque el martes les aguarda el rocoso Chelsea, otro rival físicamente sublime. Para los blancos, inyección de vitaminas y estímulos mentales para recibir al Bayern.

Esta vez no fue Mourinho el que improvisó en el Camp Nou. Karanka no jugó al engaño en la víspera cuando dijo que el Madrid utilizaría su sistema habitual (4-2-3-1) y no jugaría con ‘trivote’. Un campeón debe de serlo con su propio estilo, con sus armas, sin renunciar a su sello en función del rival. Se presentaba con cuatro puntos de ventaja, en un duelo a caballo entre dos partidos de ‘Champions’, y disponía de una ocasión única para cambiar la tendencia en territorio hostil, no para reinventar el fútbol con Pepe o Coentrao de medios estorbo. Sabedor de que sus hombres habían gozado de un día más de descanso que los rivales, ‘Mou’ insistió en el once que jugó el pasado martes en Múnich. El quinto equipo diferente, por cierto, en sus visitas con el Madrid al Camp Nou. Ycon sus mejores hombres, defendió como nunca de bien.

Defensa impecable

Guardiola, en cambio, hizo cosas más extrañas en el arranque. Solo dos cambios en relación al bloque que perdió en Stamford Bridge pero no eran dos modificaciones cualesquiera. Se presentó el Barça con defensa de tres, Alves de extremo, no ya de centrocampista, el chaval Tello pegado a la banda izquierda y Thiago como refuerzo versátil en el centro del campo. Faltaron de inicio Alexis, damnificado por un golpe de Terry, y Cesc, en su peor momento de forma de la temporada. La idea era la de siempre. Conseguir superioridad en la zona de creación, dar amplitud al juego, tocar mucho y rápido y permutar constantemente de posiciones de tres cuartos hacia adelante. Pero se encontró con un Madrid maravilloso desde el punto de vista colectivo que no le dejó hacer.

Los blancos salieron con osadía, igual que en los choques de vuelta de Copa o Supercopa. Líneas avanzadas, presión alta y nada de dejarse acosar. El buen orden de los blancos hizo que los culés perdieran muchos más balones de lo habitual. No es normal que Xavi y Messi den balones al contrario, y mucho menos que los zagueros la rifen desde atrás. No era el Barça de siempre pero el mérito hay que atribuírselo a un Madrid inmenso desde el punto de vista grupal, con su estrellas eclipsadas por el bien común. Fruto de su perseverancia en la presión y de su poderío a balón parado, redujo al adversario y se adelantó. En el primer córner ya avisó. El remate de Cristiano golpeó en la cabeza de Puyol y obligó a Valdés realizar una gran parada. En otro saque de esquina, sacó petróleo. Pepe se elevó, Valdés no atajó y Puyol se enredó. Khedira, un actor secundario, tuvo el honor de marcar el gol 108 del Madrid en esta Liga y acabar con la marca del equipazo de Toshack en la campaña 89-90.

Con el 0-1, el Madrid dio paso atrás pero sin renunciar al contragolpe y sin sufrir agobios. El Barça no se encontraba porque Messi era una caricatura de la’Pulga’, Arbeloa podía con un Tello al que le vino grande la cita, y las ayudas defensivas eran constantes. Di María, Cristiano y Özil se fajaron en labores de vigilancia como no hicieron en Múnich. Coentrao, en quien insistió ‘Mou’, también estaba muy atento para defender su banda. Pese a su mayor dominio y a que la Liga se les esfumaba, los culés solo tuvieron una ocasión clara antes del descanso. En la única gran aparición de Messi, brindó un pase antológico a Xavi, cuyo toque desvió Casillas. Una parada clave, aunque Undiano y sus asistentes no observaron córner. Una cortina de agua preludió el descanso en un Camp Nou mudo.

Como es lógico, el dominio azulgrana se intensificó en la reanudación. Es cierto que el Madrid fue cada vez más defensivo, pero tuvo la virtud de no acularse nunca en su área. Achicó bien, se juntó de maravilla, se anticipó y taponó casi todos los espacios. Solo Tello encontraba ahora huecos a la espalda de Arbeloa, pero fallaba los remates. Cabizbajo como todo el Barça, ya síntomas de desesperación y agotamiento. Guardiola no daba con la tecla y decidió retirar a un Xavi intrascendente para buscar más profundidad, verticalidad, desborde y rapidez con Alexis.

Nada más entrar, el chileno empató tras culminar una acción embarullada que se inicio con otro remate fallido de Tello. Comenzaba otro partido. Había señales de remontada pero una contra letal del Madrid, su arma más característica y diferencial, cerró la Liga. Pase extraordinario de Özil y definición de crack de Cristiano, que sumó su gol 42, uno más que Messi, y pidió con sus gestos calma a la grada del Camp Nou. Sobró por completo la agresión de Alves a Cristiano tras pugnar por un balón dividido. Le echó teatro el portugués pero el brasileño le lanzó una coz que agrede al estilo del Barça. Cambio de ciclo.