Delicias turcas en El Manzanares

Arda Turan es un jugador diferente. Se le acusa de frecuentar la noche y de cierta propensión a las lesiones musculares, pero sobre el campo se expresa con una técnica superlativa. Es un jugador discontinuo e irregular pero desbordante. Congenia con la idiosincrasia atlética. Ante el Espanyol, resolvió un duelo directo en un par de minutos mágicos, mediada la segunda parte. Primero, remató de media chilena un centro pasado de Juanfran. Después, trazó una jugada personal, con recorte y tiro seco que golpeó en el palo y se le coló a Cristian Álvarez con un efecto extraño, más típico de billar que de fútbol.

Los goles del turco dieron oxígeno a un Atlético que se dejó hasta la última gota de sudor para corresponder a una hinchada que casi llenó el Calderón, volvió a corear a Simeone en diversas fases del encuentro y llevó en volandas a un equipo que, tras dos victorias consecutivas ante Rayo y Espanyol, sigue con opciones incluso de entrar en ‘Champions’. Todo apuntaba a que los colchoneros acusarían el enorme esfuerzo realizado el jueves ante el Valencia, pero demostraron que el poder de la mente supera al de los músculos. Si se quiere, se puede.

Simeone no hizo muchos cambios con respecto al choque de ‘Europa League’. Godín en lugar de Miranda, Tiago por Mario Suárez, que luego jugó la segunda mitad, y Salvio por Adrián. Ypare usted de contar. El argentino, por cierto, cuajó quizá su mejor partido en el Atlético. Trabajó en defensa, desbordó, profundizó pasó bien y remató mucho con ambas piernas. Le faltó el gol pero se estrelló contra el palo. Entre el ‘Toto’ y Ardan, sometieron a un Espanyol que soñaba con el triunfo cuando se marchó el descanso con empate.

Sabido es que Pochettino y Simeone sintonizan. Y además comparten un esforzado trabajo en las acciones de estrategia. Así, en un córner, llegó el primer gol del Atlético. Godín, muy criticado por sus penaltis infantiles ante Zaragoza y Real Madrid, se reencontró con un buen testarazo que abrió la lata. Pero los pericos no se arrugaron y sobrevolaron el área de Courtois. Igualaron en un saque de banda bien ejecutado y fatal defendido. Sacó el lateral derecho, porfió Sergio García y su pase, entre las piernas de Domínguez, lo remató Didac, el lateral izquierdo. Sobre el papel, el segundo período debía favorecer a los catalanes, más frescos. Pero apareció Arda y se echó encima a un Atlético notable que sigue soñando.