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Jean-Marie Le Pen felicita a su hija Marine, candidata del Frente Nacional, en un mitin en Niza a finales de marzo. :: BORIS HORVAT / AFP
MUNDO

Le Pen torpedea a su hija

El viejo patriarca ultra identifica las iniciales NS de Nicolas Sarkozy con el nacionalsocialismo

FERNANDO ITURRIBARRÍA CORRESPONSAL
PARÍS.Actualizado:

A tres días de la primera vuelta electoral, Jean-Marie Le Pen reapareció ayer en la campaña de las presidenciales francesas con una de esas salidas de tono marca de la casa neofascista cuya fachada su hija Marine se empeña en remozar con pintura 'azul marina' más presentable. El viejo patriarca ultraderechista, que cumplirá 84 años en junio, identificó las iniciales NS de Nicolas Sarkozy, candidato a su reelección el 6 de mayo, con el nacionalsocialismo y comparó el multitudinario mitin del presidente conservador el pasado domingo en París con las concentraciones nazis de Nuremberg. Todo un torpedo del diablo ultra a la línea de flotación de la estrategia de 'desdemonización' emprendida por su heredera familiar y política.

El último patinazo de un dirigente curtido en las provocaciones verbales relativas a la Segunda Guerra Mundial apenas ocupa unos segundos en un vídeo visible en la página de Internet de la cadena televisiva La Chaîne Parlamentaria (LCP). Tras bromear con que los progres llevan barba «a la moda musulmana», Le Pen comenta que también suelen ir en bicicleta «como NS», en alusión a Nicolas Sarkozy. Ante la sorpresa del periodista que recoge sus palabras, explica entre risas: «NS: nacionalsocialismo. ¡Ah, perdón! Creí viendo la plaza (de La Concorde) el otro día que era Nuremberg con NS». La equívoca broma de Le Pen padre se produjo en el mitin organizado por Le Pen hija el martes en París que, con 6.000 asistentes, se convirtió en el más concurrido de su campaña electoral. Fue una de las escasas apariciones públicas del presidente de honor del Frente Nacional (FN) a quien los estrategas de Marine prefieren mantener en un discreto segundo plano para que su alargada sombra no eclipse los esfuerzos de respetabilidad orquestados por su sucesora nada más llegar al mando del partido en enero de 2011. De hecho algunos responsables frentistas habían confesado que estaba bajo «vigilancia naranja» desde que el pasado 18 de febrero citó a Robert Brasillach, autor colaboracionista con el ocupante nazi en la etapa más sombría de la reciente historia francesa, y resucitó los viejos demonios familiares.

Cuando los sondeos le otorgan del 14% al 17% de las intenciones de voto el próximo domingo, Marine Le Pen llevaba bien encauzada la dinámica emancipadora con la intención de presentar una buena facha. Resulta significativo el ejemplo de Brigitte Bardot, quien ayer mismo anunció en las páginas del diario 'Nice Matin' su decisión de votar por una «mujer admirable» y «diferente» de su padre. «Este FN versión Marine no tiene nada de espantoso, nazi o fascista. Ella ha 'desdiabolizado' el Frente Nacional que se había convertido en un horror», argumentó la exactriz, de 77 años.

«Retroceso»

La propia Marine valoraba en el periódico 'L'Est Républicain' que «la 'desdiabolización' ha progresado en el pueblo». «Hay un 'marinismo' descomplejado», opinaba horas antes de que saliera a la luz el vídeo del NS. En esa entrevista la hija del bromista admitía que «me fastidiaría sacar menos que el 16,86% alcanzado por Jean-Marie Le Pen en 2002, pues sería un retroceso». Entonces el líder ultra dio la campanada al eliminar al socialista Lionel Jospin de la segunda vuelta, en la que sucumbió ante el conservador Jacques Chirac.

La repetición de la proeza parece improbable, aunque la heredera porfía por acaparar el voto útil del electorado desengañado de Sarkozy, virtual rival según los sondeos del socialista François Hollande en la gran final del 6 de mayo. Su apuesta táctica estriba en capitalizar la pérdida del Elíseo por la derecha en las inmediatas legislativas de junio a las que piensa concurrir con la etiqueta 'Reagrupación Azul Marina' para relegar las siglas FN al baúl de los recuerdos paternos.

«Estoy a favor de una recomposición de la vida política a través de una fractura que ya no es izquierda/derecha, pues me parece superada y artificial, sino en torno a una fractura entre quienes aún creen en Francia y quienes ya no creen en el Estado-nación», explica Le Pen en el rotativo citado. El objetivo mínimo consistiría en regresar al Parlamento por primera vez desde 1986 cuando el FN obtuvo 35 diputados gracias al sistema proporcional.