Mea culpa del Rey
Actualizado:La franqueza del Rey, que ayer pidió disculpas por su extemporáneo viaje a una cacería de elefantes en Botsuana, ha mitigado un error, que había sorprendido desagradablemente a la ciudadanía, tan atribulada por la crisis y cuando permanece abierto el 'caso Urdangarin', un serio problema familiar que debe arrostrar la institución. El reconocimiento del error, emitido en un tono amistoso e informal, debe servir para restablecer la buena sintonía del Monarca con la opinión pública y la clase política. La ejecutoria del Rey no puede resumirse en un episodio desafortunado ni este elevarse a categoría, pero las actuales y difíciles circunstancias por las que atraviesa el país aconsejan a todos los responsables públicos y sin excepción extremar el cuidado en las formas y en los detalles. El Monarca, que ya transita por la madurez de su reinado, puede presentar una larguísima hoja de servicios a este país. Lo que no quita para que también la Corona deba actualizarse y entrar por esa senda de creciente transparencia institucional que la sociedad reclama y que, lejos de aislarla, contribuirá sin duda a volverla aún más accesible.