Hollande también se mete con España
El socialista esgrime las «dificultades» españolas para poner a Francia a salvo de la crisis del euro
PARÍS. Actualizado: GuardarNo solo Nicolas Sarkozy agita en la campaña electoral francesa el espantajo de la crisis de confianza en la economía española en busca de votos para su reelección en el Elíseo. François Hollande, su rival socialista en los comicios del próximo domingo y del 6 de mayo, también se ha metido con España para dejar claro que «Francia hoy no está expuesta» a los ataques de los mercados financieros. Pero sin hacer ninguna mención explícita a la gestión de su correligionario José Luis Rodríguez Zapatero.
«España está en dificultades a la vista de sus resultados, que no son buenos», declaró ayer Hollande en una velada alusión a la herencia recibida por el Gobierno de Mariano Rajoy. «No hay fatalidad. Por el hecho de que haya países en dificultades o en la tormenta nosotros mismos no somos tributarios de los mercados. Tenemos los medios para defendernos», argumentó en declaraciones a la emisora de radio RTL.
El candidato socialista, al que todos los sondeos dan vencedor en la segunda vuelta electoral, reconoció que «la crisis del euro no ha terminado». Pero instó a no dar a entender que Francia está blindada frente a los movimientos especulativos «porque sería la mejor manera de alimentar en definitiva las anticipaciones». «Yo no voy a tratar de asustar», apostilló en respuesta tácita a Sarkozy, que esgrime como arma arrojadiza la supuesta inquietud de los mercados ante una eventual llegada de la izquierda al poder.
En los últimos días, Hollande había advertido de una probable rebaja de la evaluación de la deuda francesa por parte de Moody's tras las presidenciales que, a su juicio, sería «la nota concedida a la gestión de Nicolas Sarkozy». Pero la agencia de calificación puntualizó que no tiene previsto publicar ninguna decisión el 12 de mayo como se le atribuye. La confusión obedece a que el 13 de febrero puso la triple A gala en «perspectiva negativa», una indicación de la evolución probable en año o año y medio, y no en «vigilancia negativa», que corresponde al equívoco de los tres meses.
«Todo lo que yo propongo está financiado», alegó ayer Hollande. Puso como ejemplo un aumento anual del 0,1% de las cotizaciones salariales para hacer viable la jubilación a los 60 años de los trabajadores con inicio muy temprano de la vida laboral y que hayan cotizado 41 anualidades. «El próximo presidente de la República tendrá que arreglar las cuestiones que no han sido solucionadas por el precedente, es decir, la deuda, el déficit y el crecimiento», expuso.
Claridad
El favorito de las encuestas justificó por esa razón el haber sido «claro» sobre la necesidad de disciplina financiera y también de «poner el crecimiento en el centro de la orientación de Europa». En su proyecto presidencial, Hollande preconiza una renegociación del nuevo tratado europeo acordado en diciembre para dar prioridad al crecimiento y el empleo «reorientando el papel del Banco Central Europeo (BCE) en esta dirección».
Esta idea le ha sido plagiada por Sarkozy, que el domingo anunció su voluntad de abrir un debate sobre un papel más importante del BCE en apoyo del crecimiento en la eurozona. El giro, que supone una ruptura del pacto de silencio sellado con Angela Merkel sobre la cuestión, fue respondido el lunes por el Gobierno alemán al insistir sobre la independencia estatutaria del instituto de Fráncfort.
El presidente francés matizó ayer que «no es posible que el BCE no participe en el apoyo al crecimiento, como todos los bancos centrales del mundo». «Pero hacer que el BCE apoye el crecimiento no necesita un cambio de los tratados europeos», puntualizó en los micrófonos de la radio France Inter.