Marine Le Pen. / Afp
LA CARRERA HACIA EL ELISEO

Sarkozy y Le Pen llaman al voto útil para llegar a la segunda vuelta

La candidata ultraderechista cree que hay una mayoría silenciosa que le permitirá superar la complicada situación que le auguran las encuestas

MADRID/PARÍS Actualizado: Guardar
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La primera fase de la carrera hacia el Elíseo enfila ya su recta final. A cuatro días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, las posibilidades de reelección del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, han sufrido un doble contratiempo con el anuncio de una nueva defección entre sus filas y con el incremento de la ventaja de su rival, el socialista François Hollande, en los sondeos preelectorales. En el otro lado de la contienda, la candidata ultraderechista Marine Le Pen, protagonizó ayer el mayor mitin de su campaña, 6.000 personas reunidas en una gran sala de conciertos de París, en el que llamó al voto útil confiada en una mayoría silenciosa que le permitirá superar los sondeos.

También Nicolas Sarkozy ha hecho hoy un llamamiento al voto útil a los potenciales electores de Le Pen, a los que ha advertido de que si se decantan por ella, a quien beneficiarán es al socialista François Hollande. "Entiendo a los que están hartos (...) pero las soluciones extremas no aportarán ninguna respuesta", ha declarado el candidato a la reelección en una entrevista concedida a las emisoras RMC y BFM TV. "El voto por Marine Le Pen sirve a François Hollande", al igual que en la década de los años ochenta el voto por la extrema derecha benefició la elección del también socialista François Mitterrand, subrayó antes de preguntarse retóricamente: "¿es lo que quiere la gente?", ha cuestionado, para añadir que decantarse por la líder del Frente Nacional al final supondría que se aplicara el programa de Hollande, y ha hecho referencia en particular a otorgar el voto a los extranjeros.

Sarkozy ha avanzado asimismo que de aquí a la primera vuelta el próximo domingo no dará ninguna pista sobre quién podría ser su primer ministro en caso de ganar el 6 de mayo, pero que no descarta hacerlo entre las dos vueltas. Además, ha negado tajantemente que su campaña en 2007 hubiera recibido financiación de los Bettencourt, principales accionistas de L'Oréal, bajo investigación judicial por las sospechas de pagos en efectivo al que era entonces el tesorero de Sarkozy, Eric Woerth.

Mayoría silenciosa

Por su parte, la ultraderechista Marine Le Pen, se definió ayer como "la candidata de la soberanía del pueblo francés, la única que defiende a los ciudadanos" frente a los "ataques de la globalización" y de la Unión Europea, a la que acusó de ser la responsable de la mayor parte de los males que sufre su país. En un encendido discurso, ante la mirada de su padre, Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional (FN), y en su única intervención de campaña en la capital de Francia, Le Pen pidió el voto de los "defraudados" por la política llevada a cabo en los últimos cinco años por Sarkozy, contra quien no ahorró ataques. "Votar a Sarkozy no sirve de nada porque no ha hecho nada", advirtió.

Igualmente se dirigió a los abstencionistas, una cuarta parte de la población, según los sondeos, a quienes pidió "que no se resignen por una campaña aburrida" y se hagan "las preguntas que importan para el futuro". Le Pen afirmó que ella es "la única que ha tratado en la campaña los asuntos importantes" y atacó al resto de candidatos. Al socialista François Hollande, favorito de las encuestas, le reprochó preconizar la misma política que Sarkozy, "que aplasta a las clases medias". Frente a esas políticas, Le Pen aseguró que con su victoria "nada será como antes" y avisó: "Aristócratas del poder, el pueblo se invita a vuestra mesa para recuperar lo que es suyo".

En un discurso desierto de propuestas y plagado de críticas, Le Pen apostó por el patriotismo económico y social, por dar prioridad a la producción nacional frente a las importaciones y por proteger la identidad francesa frente a la inmigración. A cinco días de la primera vuelta electoral, Le Pen trató así de relanzar su campaña.Según un sondeo publicado hoy por el periódico 'Le Monde', obtendrá el 15,5% de los votos, lejos del 27% que la misma encuesta da a Hollande y Sarkozy, que se jugarían la presidencia en la segunda ronda.

Ventaja de Hollande

Por su parte, el candidato socialista mantiene la ventaja en la elección decisiva con el 56% de la intención de voto. Hollande participó en un mitin en Lille, al norte del país, donde propuso que su apuesta por la juventud no sea una iniciativa francesa, sino europea. El aspirante socialista recibió el apoyo de una ex secretaria de Estado de Sarkozy, Fadela Amara, y de la ecologista Corine Le Page, próxima al centrista François Bayrou. El expresidente francés Jacques Chirac desmintió a través de su entorno un rumor según el cual tenía pensado votar a Hollande, aunque no aclaró por quién lo hará.

Hollande se ha mostrado dispuesto, en caso de ganar el 6 de mayo, a bloquear el nuevo pacto europeo sobre la disciplina presupuestaria si no se renegocia para añadir un paquete con el fin de reactivar la economía y el empleo. "No puedo aceptar que la austeridad sea la regla durante diez años", ha declarado a la emisora France Inter. Así, se ha mostrado a favor "de la responsabilidad presupuestaria", pero también que tiene que haber una política en favor del crecimiento y ha insistido en que "por primera vez desde hace mucho tiempo, la elección francesa será una elección europea. Lo que se decidirá en Francia contará para la dirección de Europa".