Bono, al fondo, observa los restos del Cougar siniestrado en 2005. :: EFE
ESPAÑA

El juez vuelve a interrogar a un agente del CNI por el accidente del Cougar

El comandante habló con los únicos testigos afganos que presenciaron el siniestro en 2005 y «no vieron nada raro»

MADRID. Actualizado: Guardar
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El juez togado militar que investiga el accidente del helicóptero Cougar, en el que fallecieron 17 militares en agosto de 2005 en Afganistán, interroga hoy al agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que investigó el siniestro.

Se trata de un testimonio clave para esclarecer las causas del impacto, ya que el comandante estuvo en el lugar de los hechos, interrogó a los cuatro afganos que presenciaron la caída de la aeronave y elaboró varios informes secretos incluidos en el sumario.

Su declaración fue autorizada por el tribunal militar que, en un auto del pasado 27 de febrero, revocó parcialmente el archivo de la causa decretado por el juez que investiga el accidente, del Juzgado Togado Militar número 11 de Madrid. Esta decisión del tribunal llegó después de que admitiese parte de los recursos de dos acusaciones particulares personadas que defienden a cuatro militares fallecidos en el siniestro.

Uno de estos recursos, presentado por el abogado de la familia de David Guitard Fernández, el capitán que pilotaba el Cougar, pedía que volviera a declarar el agente del CNI. Anteriormente este respondió ocultó tras un biombo para proteger su identidad y su apariencia personal. Esta situación fue denuncia por el letrado de los Guitard, que alegó desamparo, y el tribunal estimó que el comandante debía volver a declarar porque presenciar su «gestualidad» es importante para la persona que le interrogaba.

El segundo de los recursos aceptados por el tribunal atendió a la necesidad de recabar los testimonios de los cuatro jóvenes afganos que presenciaron el siniestro. Y la única posibilidad de que esto ocurra, señala el auto, «es localizarlos a todos o a alguno de ellos» allí donde se encuentren, pese a las evidentes dificultad que han transmitido los mandos militares.

Por este motivo, el tribunal ordenó al juez instructor que busque los medios para localizarlos y mencionó a «los miembros del CNI destacados en la zona».

«No vimos nada raro»

Precisamente, el comandante del CNI que declara hoy era el jefe del equipo nacional de contrainteligencias en Herat el 16 de agosto de 2005, cuando se cayó el helicóptero. Fue él quien se desplazó al lugar del siniestro, que se encontraba a 20 kilómetros de la base. Desde allí visitó un poblado cercano junto a su equipo de colaboradores, el coronel que elaboró el atestado del accidente y un alto mando de la policía afgana.

Cuando localizó a los jóvenes testigos, de entre 15 y 20 años, les interrogó por separado y todos respondieron lo mismo: «Que vieron pasar al helicóptero muy rápido, a baja altura (15 o 20 metros) y que no vieron ni oyeron nada raro antes del choque», en referencia a la posibilidad de que hubiera sido un ataque terrorista, la tesis que niega el Ministerio de Defensa y que ha rechazado el juez togado en dos ocasiones por falta de indicios y ante la ausencia de responsables penales de los hechos.

Todos los detalles de los testigos fueron incluidos en un informe del CNI desclasificado para ser incorporado en el sumario. También se envió otro documento secreto sobre el papel de los talibán, aunque en ningún momento se encontraron pruebas de que algún mulá o señor de la guerra estuviese implicado, pese a que uno de ellos llegó a reivindicar el ataque «por dinero». La única amenaza constatada entonces es que los insurgentes iban a enviar misiles con destino a la zona española.

De esto se deduce, según el agente que declarará hoy, que «no hay indicio o prueba» que avale la teoría del ataque con lanzagranada en la caída del Cougar. Tampoco el fallo mecánico. Para la Fiscalía existen otras variantes como la altura de vuelo, la carga, el perfil orográfico de la zona, el viento o una posible distracción en el interior provenientes del exterior del aparato. Muchas preguntas en el aire.