Relajar tensiones
Actualizado: GuardarLas espadas están en alto en el contencioso entre Repsol-YPF y el Gobierno argentino pero las partes en conflicto, los dos Estados concernidos, no han efectuado movimientos en las últimas horas, lo cual, en el clima prebélico que se había creado, es una señal esperanzadora que relaja las tensiones. Máxime cuando se sabe que amigos y aliados han efectuado gestiones de apaciguamiento. La familiaridad indudable de ambas patrias del mismo tronco debería facilitar el regreso del buen sentido a un diferendo que no tiene solución si no se encauza por los canales del sentido común. Los intereses empresariales españoles allá son bien conocidos, pero también Argentina tendría mucho que perder aquí, en Europa, si rompe con las normas de juego: un país moderno no puede sobrevivir a la inseguridad jurídica ni a la arbitrariedad. Y la gran nación latina debe dejar atrás definitivamente la historia tormentosa de un pasado no muy edificante para pasar a engrosar el club de las democracias seguras: aquellas en que todo es previsible, se cumplen los contratos y los contenciosos se resuelven con la ley en la mano. Ojalá, en fin, cunda definitivamente la cordura.