El Barcelona salva los muebles en la segunda mitad

Al Barcelona se le iba la Liga. Se marchaba al descanso perdiendo en terreno del Levante y a siete puntos del Madrid. Insalvable. Pero Guardiola movió el banquillo y sacó a Cuenca e Iniesta. Ellos permitieron que el derbi de la próxima jornada sea clave.

Comenzó mandando el Barça, como era de esperar. Xavi y Thiago llevaban la manija y los azulgranas llegaban con relativa facilidad a los dominios de Munúa. Pero esa intensidad que los culés le metieron al principio solo duró un cuarto de hora. Sin premio, los pupilos de Guardiola bajaron el ritmo de juego y la circulación de balón se ralentizó hasta el punto de que el Levante no pasaba apuros.

El cuadro barcelonista mandaba, pero en una acción aislada, los locales se ponían por delante en el marcador. A la salida de un córner, el balón impactaba en las manos de Busquets. Aunque el centrocampista intentó evitar el contacto, el colegiado consideró que era acción punible y señaló el punto de penalti. Barkero ponía por delante a un Levante que aún sueña con Europa.

El Barça no daba con la tecla. Tenía el balón pero no generaba ocasiones claras, y así se consumía el primer tiempo, con el sorprendente resultado. Al Barça se le iba la Liga.

Guardiola reaccionaba tras el descanso. Retiraba a Xavi e incluía a Cuenca para abrir más el campo. No funcionaba. Al equipo culé le faltaba el último golpe. Así que Pep tiraba de Iniesta, y el panorama comenzaba a cambiar. Munúa se multiplicaba para detener a los rivales pero no podía hacer nada ante el gol de Messi, el empate. El acoso era excesivo y aún quedaba mucho tiempo.

El gol tenía que llegar y así fue, en una acción polémica. Un discutido penalti sobre Cuenca lo transformaba Messi, el 41 de cuenta particular en Liga.