El bebé 'resucitó' en la morgue

La madre, que había parido a la pequeña ese mismo día, creyó que alucinaba. Doce horas antes le habían dicho que su niña había muerto. Insistió en conocerla. Fue al depósito de cadáveres y, al tocarla, la criatura se desperezó. «Caí de rodillas. Di gracias a Dios. Le dije que hiciera lo que quisiera conmigo y me puse a reír como una loca», recuerda la mujer.

Con las horas se le pasó el estupor ante el 'milagro' y le asaltaron las dudas. ¿Cómo es posible que se haya dado por muerta a la cría? ¿Cómo pudo esta recién nacida -que además era prematura- sobrevivir doce horas en un ataúd guardado en un congelador? La niña tiene ya ocho días y, si bien su estado es crítico, se encuentra estable. Los médicos la han conectado a un respirador para evitar que se esfuerce.

Luz Milagros Verón nació el martes 3 de abril en el hospital Perrando de Resistencia, capital de la provincia argentina de Chaco. Tras 26 semanas de gestación y con una placenta oclusiva total, la madre, Analía Bouter, ya daba por descontado que tendrían que practicarle una cesárea. Pero entonces comenzó a perder líquido y la niña nació antes de tiempo. Pesó apenas 750 gramos, y según relata la mujer, los facultativos actuaban en el parto como si la pequeña ya estuviera muerta. La animaban a expulsar el bebé por vía natural, aunque le habían dicho que iban a abrirle el vientre. Después del alumbramiento, Analía fue sedada y se quedó dormida.

Al despertar, una enfermera entró a la sala y le preguntó a bocajarro «qué quería hacer con el cuerpito». Así se enteró de que su hija supuestamente no había sobrevivido. Los familiares arroparon a la madre mientras el marido, Fabián Verón, se encargaba de hacer los trámites. A la noche, Analía le confió a su pareja que deseaba ver a la criatura. Dos enfermeras les acompañaron hasta la morgue y allí les señalaron el congelador donde se hallaba su hija. El padre extrajo un pequeño ataúd, hizo palanca para retirar la tapa y lo primero que distinguieron fue una manta cubierta de escarcha.

«Primero encontré la manita, después la cara. Ahí se quejó, suspiró como si se desperezara. Retrocedí, pensé que estaba todo en mi cabeza, pero me acerqué de nuevo y se movía», cuenta la madre. «¿Qué pasa que se mueve?», le preguntó a las enfermeras. Una de ellas la tomó en brazos, le puso la mano sobre el pecho y dijo: «¡Está viva!».

Cinco médicos han sido suspendidos de sus funciones mientras se investiga lo sucedido. El ministro de salud provincial, Francisco Baquero, cree que todo se debe a «un error». Los prematuros a veces no manifiestan claros signos vitales al nacer. La investigación policial, sin embargo, no descarta una maniobra para robar el bebé.