ESPAÑA

Rajoy: «El rescate de España no es posible y nadie lo ha planteado»

El jefe del Ejecutivo defiende la eficacia de sus reformas ante su homólogo polaco para acallar a sus críticos europeos

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«El rescate de España no es posible, no hay intención, no se necesita y, por tanto, España no va a ser rescatada». El responsable de tanta contundencia fue Mariano Rajoy desde Varsovia. Al presidente del Gobierno le habría gustado hablar ayer del eje que quieren formar España y Polonia para apuntalar sus intereses comunes en la UE. Pero con la prima de riesgo por encima de los 400 puntos y la sombra de una intervención reflejada en los principales periódicos financieros del continente, tuvo que emplearse a fondo para negar que España esté asomada al mismo precipicio que Grecia, Portugal e Irlanda.

Rajoy, con más rotundidad de la empleada hasta ahora, se dejó de eufemismos y empleó la palabra «rescate», que hasta ahora había mantenido fuera de su vocabulario. El presidente del Gobierno negó que Bruselas haya planteado una intervención de la economía española. Una cuestión que, según remachó, no está en la agenda de nadie. El jefe del Ejecutivo, que se desplazó a Varsovia para participar en la cumbre con Polonia, encontró en su anfitrión, el primer ministro, Donald Tusk, a un admirador de su agenda reformista. El mandatario polaco aseguró en una comparecencia conjunta que las medidas del Gobierno de Rajoy eran «modélicas» y podrían servir de ejemplo para otros países.

Las declaraciones que preocupan al jefe del Ejecutivo, sin embargo, son las de otros mandatarios europeos. En concreto, las del primer ministro italiano, Mario Monti o, en menor medida, las del francés Nicolas Sarkozy, que no han dudado en comparar la situación de España con Grecia para defender sus intereses propios o electorales. Rajoy desveló que Monti le había telefoneado para negar, como publicó el lunes la prensa de su país, que hubiera responsabilizado de los problemas de la prima de riesgo de Italia a la crisis de confianza que atraviesa España.

Se trata de la segunda vez que Monti da marcha atrás frente a Rajoy. La primera fue hace quince días durante el cara a cara que mantuvieron en la Cumbre de Seguridad Nuclear de Seúl, cuando aseveró que se habían «mal interpretado» una palabras en las que también sembraba dudas sobre la capacidad de Madrid para cumplir con el compromiso de rebajar el déficit público.

Rajoy no quiso señalar a nadie más aparte de Monti y reclamó prudencia «a todo el mundo» a la hora de especular sobre una hipotética intervención de España. Algo que, a su juicio, solo genera «alarmas innecesarias». Tusk apostilló las palabras de su invitado: «La histeria es lo peor en los momentos de crisis».

Sacar pecho

El presidente, no obstante, sacó pecho por las reformas estructurales que ha puesto en marcha en España en solo cien días. Un hecho que, según recalcó, no tiene parangón en Europa. Enfatizó que ha impulsado estos cambios estructurales porque está convencido que son el único camino para recuperar la senda del crecimiento y no porque se lo hubiera ordenado nadie, en referencia a la Unión Europea.

Se comprometió, como adelantó el miércoles en el Congreso, a mantener este rumbo. Defendió que posee la «voluntad política, determinación y coraje» para hacerlo pese a que es consciente de que padecerá tanto dentro como fuera de España «muchas incomprensiones» y críticas. «Pero para eso nos han elegido los ciudadanos», remató.

Rajoy se esforzó en rechazar que se esconde y no da la cara por sus medidas, y al hilo de estos comentarios aseguró que no tiene ningún problema en ir al Congreso a explicar el «ahorro» de 10.000 millones en Sanidad y Educación que anunció el lunes mediante una nota de prensa. Lo que ocurre es que, de momento, no tiene nada que explicar.

El argumento es que el Gobierno quiere reducir el gasto en estos dos pilares del estado del bienestar mejorando la eficacia y la eficiencia en la prestación de estos dos servicios, pero la cuestión es que son las comunidades autónomas las que tienen la competencia en estas dos materias. Por eso, Rajoy indicó que una vez que el Gobierno central y los autonómicos pacten el cómo de estos recortes, acudirá al Congreso a explicarlo.

Insistió en que estas reformas las quiere tener finalizadas en abril, pero la fecha parece muy ambiciosa. De momento, lo que hay convocados para abril son dos reuniones sectoriales, la que mantendrá la ministra de Sanidad, Ana Mato, con los consejeros autonómicos del ramo, y la que tendrá el titular de Educación, José Ignacio Wert, también con los representantes de las comunidades. De ahí saldrá la hoja de ruta que, en el caso de Sanidad, incluirá con toda probabilidad el copago farmacéutico según la renta de cada persona y la supresión de la financiación pública para algunos medicamentos.