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ESPAÑA

Los presos de ETA nombran seis portavoces del sector duro

La dirección de los reclusos sale por primera vez a la palestra pública para ofrecerse a «hablar» con el Gobierno

OLATZ BARRIUSO
BILBAO.Actualizado:

La estrategia de apertura al exterior de los presos que se mantienen en la ortodoxia de ETA continúa. Sin salirse del carril marcado por la banda, pero con la nítida intención de situar el debate sobre la situación de los reclusos en primera línea, el llamado EPPK (Colectivo de Presos Políticos Vascos, en sus siglas en castellano), que agrupa a los internos que siguen las directrices de la dirección etarra, ha nombrado nuevos portavoces. Una interlocución integrada por tres presos internos en Francia, entre ellos la pareja de históricos jefes de ETA formada por Mikel Albisu 'Antza' y Marixol Iparragirre, 'Anboto', y otros tres en cárceles andaluzas, pertenecientes los seis al sector más duro y radical según los expertos de la lucha antiterrorista.

La novedad estriba además en que, en esta ocasión, los representantes del EPPK no han restringido su papel a los cauces internos, como hasta ahora, sino que por primera vez han salido a la palestra pública para ofrecerse a «hablar» con el Gobierno central, que despachó ayer con una respuesta de manual la oferta de diálogo, avanzada en las ediciones digitales de Gara y Berria. A la espera de la entrevista completa que ambos diarios anuncian para hoy, portavoces de Interior recalcaron que no hay «nada» que abordar sobre la situación de los presos de ETA mientras la banda no se disuelva. Mientras tanto, solo aquellos reclusos que, de forma estrictamente individual, se acojan a la 'vía Nanclares' -que pasa por separarse de la organización terrorista y pedir perdón a las víctimas- podrán acceder a beneficios penitenciarios o terceros grados.

En ese contexto se entiende, precisamente, la estrategia del EPPK, que no duda en asegurar que mantiene su «mano tendida» al Ejecutivo, a pesar de que es público y notorio el rechazo del Gobierno de Mariano Rajoy a considerar siquiera cualquier medida colectiva, no ya de gracia, sino tampoco de mejora de la actual situación de los presos -acercamiento a cárceles vascas- mientras ETA no anuncie su desarme y disolución definitiva.

Desde que el pasado 20 de octubre ETA decretara el cese definitivo de la violencia, la banda y su entorno y también la izquierda abertzale se han centrado en exigir una salida para los presos etarras, cuyo traslado a Euskadi suscita un amplio respaldo en sectores políticos y sociales vascos. No obstante, hace semanas que la inquietud ha cundido en la izquierda abertzale y, lógicamente, también en las cárceles, -incluso el PNV ha pedido públicamente a Rajoy que «se mueva» para asentar la paz definitivamente- ante la ausencia de gestos por parte del Gobierno central, sobre todo en materia penitenciaria. La sentencia con la que el Constitucional ha rechazado revisar el alcance de la 'doctrina Parot' en el alargamiento de las condenas a presos etarras ha sido la gota que colma el vaso. De hecho, en círculos políticos se especula ya con la posibilidad de un próximo comunicado de ETA en el que la banda dé un nuevo paso hacia el cerrojazo definitivo para facilitar así movimientos desde Moncloa.