![](/cadiz/prensa/noticias/201204/12/fotos/4167086.jpg)
La crisis irrumpe en la campaña al Elíseo
El centrista Bayrou vaticina un contagio de la situación española porque «Sarkozy y Hollande engañan a los franceses»
PARÍS. Actualizado: Guardar«Francia va hacia la crisis más grave de su historia». El pronóstico es de François Bayrou, candidato centrista a las presidenciales francesas. A once días de la primera cita con las urnas, el temor al contagio por el efecto dominó de la crisis de las deudas soberanas a la economía gala irrumpió ayer en la campaña para elegir el próximo 6 de mayo al inquilino del Elíseo. Nicolas Sarkozy, candidato a un segundo mandato, volvió a agitar el fantasma de la situación en Grecia y España mientras el socialista François Hollande, atribuyó la fragilidad francesa a la mala gestión del Gobierno conservador.
El democristiano Bayrou, católico practicante, tiene fama de no pecar contra el octavo mandamiento. Es el único en no mentir por omisión en una campaña en la que la problemática económica brilla por su ausencia. A pesar del desgaste en los sondeos, donde ha caído por debajo del 10% de las intenciones de voto, sigue predicando en el desierto de la falta de conciencia colectiva. «Sarkozy y Hollande engañan a los franceses», clamaba ayer en el diario 'Libertaron'. «El 7 de mayo ni el uno ni el otro tienen la menor oportunidad de realizar lo que dicen», remachaba.
El presidente del Movimiento Demócrata (MoDem) reiteró su mensaje agorero en una entrevista radiofónica al advertir de la «catástrofe» que representa la acumulación de deudas. «Por primera vez desde que existen las elecciones presidenciales, vivimos hora a hora, en tiempo real, en un país vecino lo que corre el riesgo de ocurrir en Francia dentro de unas semanas», declaró en los micrófonos de France Inter en alusión a España. A su juicio, el programa de Sarkozy es «irrealista» y el de Hollande «financieramente insostenible».
Mientras tanto Sarkozy continuó en la emisora France Info la cantinela estrenada la semana pasada con el título «lo que sucede en Grecia o en España podría ocurrir en Francia» si gana Hollande. «Si se vuelve a empezar a contratar a funcionarios, a gastar y se cuestiona la reforma de las pensiones, no hay un riesgo de que las tasas de interés suban; hay una certeza. Se desencadenará inmediatamente una crisis de confianza masiva», dramatizó.
El espantajo del socialismo despilfarrador también fue agitado por el primer ministro conservador, François Fillon. En un mitin celebrado en Versalles, sostuvo que la llegada al poder de Hollande provocaría instantáneamente ataques especulativos contra el euro. La causa sería, desde su punto de vista, condicionar al crecimiento el compromiso de equilibrio presupuestario y retrasar un año el objetivo: 2017 para Hollande, 2016 para Sarkozy.
La ultraderechista Marine Le Pen calificó de «chantaje» la advertencia de Fillon por reconocer implícitamente que «los mercados financieros podrían sancionar al pueblo francés en función de su elección». Pero arremetió contra el reciente viaje a Londres de Hollande quien «en el marco de la sumisión al fascismo dorado, ha ido a la City para explicar que los mercados no tenían nada que temer de su candidatura y que eran los socialistas quienes habían liberalizado más la economía».
Blanco de todos los ataques por su condición de favorito, el aspirante socialista trató de devolver la pelota al tejado conservador y puso en su debe la pérdida en enero de la triple A, la máxima nota crediticia. «Si hoy hay tumultos en los mercados, no es porque los sondeos anuncien que eventualmente podría ganar en la segunda vuelta, el 6 de mayo, sino porque hay una duda sobre la zona euro y en especial sobre ciertos países», planteó.
La conclusión de Hollande es que se hace cada vez más urgente renegociar el tratado europeo de disciplina presupuestaria para añadirle una dimensión de crecimiento. «Todo el mundo comprende que, si no hay más que políticas de austeridad, no habrá regreso al equilibrio presupuestario en el horizonte de 2017», sentenció.