Aguirre se queda sola en su idea de devolver competencias

Esperanza Aguirre no encontró un solo apoyo, ni siquiera en su partido, a su propuesta de que las autonomías devuelvan a la administración central las competencias de Justicia, Educación y Sanidad, y a los municipios las de Transportes y Servicios Sociales. La presidenta de la Comunidad de Madrid cuantificó en 48.000 millones de euros el ahorro por esta recentralización del poder.

«No soy monedita de oro para caerles bien a todos», comentó para justificar su soledad. «Digo lo que pienso, y eso es lo que tienen que valorar los ciudadanos», remató. El caso es que nadie, ni siquiera los presidentes de comunidades que en otras ocasiones se han mostrado partidarios de la devolución de competencias, como los de Murcia y La Rioja, secundaron a su compañera de filas.

Además, la crítica más acerada procedió de su viejo 'enemigo' el ministro de Justicia. Alberto Ruiz-Gallardón señaló que en el Ejecutivo no hay ningún plan de reformar el Estado de las Autonomías «sin el consenso» de las comunidades. No puede haber, prosiguió, un «escenario de confrontación» entre autonomías y el Gobierno central sino de «coincidencia y acuerdo».

El presidente balear, el también popular José Ramón Bauzá, defendió que no puede haber comunidades «de primera», con más competencias, y «de segunda», con menos, porque todas tienen que ofrecer a los ciudadanos los mismos servicios. El presidente extremeño, José Antonio Monago, también del PP, se mostró contrario a devolver competencias. Lo que hay que hacer, subrayó, es «mejorar» la gestión de lo que se tiene.

El presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, se mostró en desacuerdo con la recentralización solo cuando la situación económica es mala. El gobernante valenciano indicó que no puede ser que cuando la coyuntura cambia se pida a «otros que asuman las competencias» autonómicas.