El Gobierno se esfuerza en intentar disipar el fantasma de la intervención
Montoro y De Guindos niegan que se baraje un rescate de la UE y el PP acusa a la oposición de irresponsable
MADRID.Actualizado:En contra de lo que vaticinó hace tres meses el PP, ni la llegada de Mariano Rajoy a La Moncloa ni la intensa agenda de reformas estructurales y ajustes presupuestarios puesta en marcha por el Ejecutivo han logrado calmar las turbulencias en los mercados internacionales. Una circunstancia que desconcierta tanto al Gobierno como al PP que esperaban otra respuesta.
Los partidos de la oposición comparan la «extrema situación» actual, con la prima de riesgo por encima de los 430 puntos y con caídas continuas en la Bolsa, con la que vivió el país en mayo de 2010, cuando España estuvo a punto de ser intervenida por la Unión Europea y José Luis Rodríguez Zapatero anunció el primer gran ajuste del gasto de 15.000 millones de euros. El Gobierno batalló este martes por despejar cualquier duda sobre la posibilidad de un rescate por parte de los organismos comunitarios y del FMI. Hasta Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, dos ministros que han protagonizado sonados desencuentros durante los primeros cien días de mandato, coincidieron en negar que Bruselas baraje tutelar la economía española como hizo y hace con Grecia, Portugal e Irlanda.
El Gobierno transmitió con vehemencia que España «no necesita un rescate en estos momentos». Un argumento que basan, esencialmente, en dos argumentos troncales: Rajoy tiene las ideas «absolutamente» claras sobre qué debe hacer y, además, la política económica de España «está coordinada» con la de sus socios europeos. «Evidentemente, (España) no necesita un rescate», zanjó De Guindos. Lo cierto es que, sin pretenderlo, el propio gabinete de Rajoy abonó la sensación de gravedad al anunciar el lunes, por sorpresa y de una manera un tanto ambigua, un ajuste adicional de 10.000 millones de euros en Sanidad y Educación.
Montoro procuró desligar esta decisión de una hipotética respuesta a las exigencias planteadas por Bruselas para acelerar la ejecución de las medidas más duras incluidas en los Presupuestos del Estado para 2012. El titular de Hacienda negó que el Gobierno buscase calmar a los mercados con este ajuste y lo situó en el normal desarrollo de la agenda reformista de Rajoy. Adelantó que pactarán en dos semanas con las comunidades autónomas el paquete de cambios en la prestación de la Sanidad para lograr el objetivo de ahorrar 10.000 millones de euros, aunque tampoco detalló cómo.
Mariano Rajoy, por su parte, hizo una nueva demostración de que las críticas no modificarán sus tiempos políticos y dejó en manos de sus ministros el desmentido a los hipotéticos temores sobre una intervención. Hasta Esperanza Aguirre actuó como su portavoz. La presidenta de la Comunidad de Madrid, tras ser recibida por el jefe del Gobierno en La Moncloa, aseguró que no vio a Rajoy preocupado por esta posibilidad.
Lo más parecido a una referencia de Rajoy a estos temores intervencionistas la ofreció durante su comparecencia en la sesión de control al Gobierno que se celebró en el Senado. El portavoz del PSOE, Marcelino Iglesias, fue incapaz de arrancarle una palabra sobre este asunto pese a que Rajoy se ofreció a debatir el asunto. Fue el propio presidente, durante la respuesta que ofreció a una pregunta de la senadora de UPN, Amelia Salanueva, sobre el pago a proveedores, quien advirtió de que del esfuerzo de todas las administraciones por reducir el déficit público depende «en buena parte» el futuro de España. Es decir, que si este año no se bajan los números rojos de las cuentas públicas el rescate o la intervención serían inevitables.
Esta aparente seguridad del Gobierno en sus posibilidades no convence a sus rivales. Rosa Díez, portavoz de UPyD, fue la más contundente al destacar que «estamos a punto de ser formalmente intervenidos porque intervenidos ya estamos» y calificó de «extremadamente grave» el actual momento político.
Reunión con Rubalcaba
La socialista Soraya Rodríguez puso el acento en la «incapacidad del Gobierno» de gestionar una coyuntura tan «compleja» como la actual. Afeó a Rajoy que pese a la delicada situación aún no haya convocado a Alfredo Pérez Rubalcaba pese al ofrecimiento del líder de la oposición a pactar. «Llevamos tres años de crisis y tres meses de caos», sentenció. Y, en una especie de aviso a navegantes, advirtió al PP de que los españoles ya le juzgan por sus actos y decisiones. «La estrategia cobarde de esconderse detrás de la herencia del Gobierno anterior ya no sirve», acotó. Rodríguez, sin embargo, ni mencionó el fantasma de la intervención.
La reacción del PP fue la de tachar de «irresponsable» cualquier mención al rescate europeo. El portavoz del grupo popular, Alfonso Alonso, censuró a Díez y Rodríguez por querer inducir la sensación de que el país vive una crisis política «que no existe». Alonso explicó, además, que el recorte de 10.000 millones en Sanidad y educación no afectará a los Presupuestos del Estado, pero sí al de las comunidades autónomas.