La Policía acusa a dos hombres de matar a tiros a tres negros en Oklahoma
NUEVA YORK.Actualizado:Tras dos jornadas de pánico en las calles, fuerzas policiales respaldadas por helicópteros en Tulsa (Oklahoma) detuvieron ayer a dos hombres acusados de haber disparado de manera indiscriminada contra varias personas dejando un saldo de tres muertos y dos heridos en estado crítico. Jake England, de 19 años, y Alvin Watts, de 32, fueron sorprendidos mientras dormían en una vivienda de la ciudad gracias a pistas facilitadas por un informante anónimo. Aunque los agresores son blancos y todas las víctimas de raza negra, las autoridades no han tipificado los ataques como crímenes raciales.
Líderes sociales de la comunidad afroamericana expresaron su preocupación sobre los motivos detrás de este brote de violencia y el temor a que genere una respuesta contraria a cargo de grupos de incontrolados que decidan tomarse la justicia por su cuenta. Con casi 400.000 habitantes, Tulsa es la segunda ciudad de este Estado sureño y una de las más golpeadas por el Ku-Klux-Klan y la discriminación hacia los negros en los convulsos años de lucha por los derechos civiles.
Aunque la investigación sigue abierta, la Policía ha atribuido los ataques a los dos detenidos porque todos sucedieron sobre la misma hora y en un perímetro de unos pocos kilómetros cuando las cinco víctimas caminaban tranquilamente por la calle o se hallaban en el jardín de sus viviendas. Las personas no se conocían entre sí, mientras las edades de los fallecidos oscilaban entre los 30 y los 55 años. «Nos quedan muchos cabos por atar», señaló un portavoz policial para justificar que es prematuro establecer una causa que conecte todos los crímenes a una motivación racial. La gravedad de los sucesos ha forzado al FBI y otras agencias federales a meterse de lleno en las investigaciones.
Indignación
Los sucesos en Oklahoma surgen en plena polémica por la muerte en extrañas circunstancias de Trayvon Martin, un adolescente negro que paseaba desarmado por una localidad en Florida cuando fue interceptado por un vigilante voluntario blanco que quedó en libertad sin cargos. En medio de las fuertes protestas de las organizaciones de derechos civiles, otro suceso con tintes racistas, ocurrido este fin de semana, ha reavivado la indignación en la comunidad afroamericana en todo el país. A Howard Morgan, expolicía negro de Chicago, le dispararon 28 veces cuatro agentes blancos. Sin embargo, el caso dio un extraño giro y el juez condenó al propio Morgan a 40 años de prisión por «asaltar a sus antiguos colegas».