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El exvicepresidente Omar Suleiman sale de la Comisión Electoral. :: EFE
MUNDO

Islamistas y hombres del antiguo régimen se disputarán el poder en Egipto

P. ROSAS
EL CAIRO.Actualizado:

Omar Suleiman, el que fuera hombre fuerte del régimen de Mubarak y jefe del espionaje egipcio durante décadas, redefinió ayer el concepto de hacer una entrada de última hora. Apenas 20 minutos antes del cierre del plazo de inscripción, el militar presentó los documentos con las firmas necesarias para entrar en la carrera presidencial egipcia, dos días después de anunciar su intención de concurrir a los comicios.

La entrada de Suleiman ha dado un nuevo vuelco a las que van a ser, sin duda, unas muy reñidas elecciones que se van a disputar entre islamistas y hombres relacionados con el antiguo régimen.

Miles de seguidores acompañaron al que fue el último vicepresidente del país a la sede de la Comisión Electoral egipcia, cuyas puertas se han convertido estos días en una suerte de primer escenario de campaña. Ayer incluso decenas de agentes de la Policía militar custodiaban la entrada del edificio para proteger al candidato y evitar enfrentamientos entre admiradores y detractores, un cordón de seguridad que no se ha movilizado con otros aspirantes.

Riesgo de ser descalificados

El plazo para presentar las candidaturas concluyó ayer, pero aún no está claro quiénes serán los aspirantes definitivos. Varios candidatos podrían ser descalificados, como el salafista Hazem Abu Ismail, que ha protagonizado el mayor culebrón de la precampaña.

El ultraconservador, con un fiero discurso antiamericano, se encuentra en la cuerda floja después de que se confirmara que su madre, ya fallecida, tuvo doble nacionalidad, egipcia y estadounidense, algo que no permite la ley electoral, modificada -para más ironía- con el apoyo de los islamistas. La Comisión Electoral ha confirmado este dato, pero no ha aclarado aún si el candidato se encuentra fuera de la carrera presidencial.

Otro que podría encontrarse con una sorpresa de última hora es Jairat el-Shater, el candidato de los Hermanos Musulmanes. El multimillonario empresario pasó cinco años en la cárcel, pero fue liberado tras la revolución y perdonado por la junta militar. Por si su paso por prisión pudiera aún descalificar su candidatura, la cofradía presentó ayer a un candidato de repuesto, Mohamed Mursi, el presidente del brazo político de los Hermanos Musulmanes, el Partido Libertad y Justicia.