David Cameron, en la puerta del 10 de Downing Street. :: REUTERS
Economia

Las mejores formas de disolver el euro

Los aspirantes al premio de 250.000 libras, convencidos de que los países de la periferia no podrán mantenerse en la Eurozona Un lord británico presenta los cinco finalistas de un concurso para pensar el modo más tranquilo de romper la moneda común europea

LONDRES. Actualizado: Guardar
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El Congreso de los Diputados tendría que ser convocado sigilosamente para celebrar una reunión en sábado, en la que aprobaría la legislación para reintroducir la peseta, decretaría un par de días de fiesta tras el fin de semana para marcar los euros en circulación en España y procedería a declarar la paridad de la nueva moneda con la vieja y a ordenar la repatriación de todos los poderes del Banco Central Europeo al Banco de España. También habría que intentar el cierre de fronteras a la salida de capitales, denominar la deuda de nuevo en pesetas, fortalecer los tribunales para liquidar rápidamente las quiebras que afectarían a empresas españolas endeudadas en euros con bancos de otros países y negociar con los viejos socios el reparto de activos y deudas en el Banco Central Europeo.

Esas son algunas de las «recomendaciones basadas en precedentes históricos» que ofrece Jonathan Tepper en un informe de 50 páginas que ha elaborado para ganar el premio de 250.000 libras (unos 300.000 euros) que un empresario y político conservador británico, lord Wolfson, ha ofrecido a quien proponga la forma más tranquila de proceder a la ruptura del euro, que el propio Wolfson considera inevitable. La pasada semana se presentaron los cinco candidatos elegidos para la fase final y cuatro de ellos se mostraron convencidos de que los países de la periferia no podrán mantenerse en el euro, así como de que las políticas de austeridad combinadas con el excesivo endeudamiento público y privado solo pueden producir crecimiento sin causar sufrimientos intolerables si se puede devaluar la moneda.

Solo una finalista no cree que el euro esté condenado. Se trata de Catherine Dobbs, ingeniera e inversora especialista en algoritmos para el comercio financiero. Su propuesta se basa en la creencia de que, dada la magnitud de los instrumentos de deuda de los países miembros, la ruptura de la moneda europea provocaría un descalabro financiero seis o siete veces mayor que el provocado por la quiebra de Lehman Brothers.

La propuesta de Dobbs tiene acrónimo, 'Newney', que resume el concepto de «nuevo euro clara, nuevo euro yema», y que es para ella una idea y un plan que podrían hacerse públicos, de tal modo que su efecto paradójico sería ayudar al mantenimiento de la moneda una vez que se comprueba que los gobiernos tienen un plan razonable para evitar un grave revés.

El plan de Dobbs se puede resumir en la creación de dos nuevas monedas nacidas del 'huevo' del euro: una sería el 'euro-clara' y otra el 'euro-yema' (aunque podría haber más divisiones). Lo importante en su plan es que esas dos nuevas áreas monetarias tendrían una paridad con respecto al 'euro-huevo' que al mismo tiempo definiría la recíproca y permitiría avanzar ordenadamente en la devaluación de la periferia.

Secreto

Los enfoques de la ingeniera y de Tepper están encaminados a evitar una quiebra desordenada, aunque el segundo, con sentido de la historia y una escritura más amena que los otros, argumenta que la disolución de unidades monetarias es un suceso corriente a lo largo de la historia. Un estudio del profesor californiano Adrew K. Rose analiza 130 separaciones monetarias entre 1946 y 2005.

Para Tepper, el euro está sufriendo una suerte que evoca a la del patrón oro, porque exige que sean los países más débiles quienes hacen el ajuste. El contexto del patrón oro no fue ajeno a la ruptura monetaria que él ve como más comparable con una del euro, la del 'kronen', moneda única del Imperio Austro-húngaro. Y afirma que en su mayoría las rupturas han producido beneficios tras el breve golpe inicial.

Grecia y Portugal deben salir del euro; Irlanda, España e Italia deben considerarlo muy seriamente, dice Tepper, directivo de un fondo de capital riesgo en Wall Street. Pero uno de sus rivales en esta competición entre economistas, Neil Record, que es ahora presidente de una firma de comercio de divisas en la City de Londres, piensa que no puede haber consideraciones públicas.

Su propuesta, también elegida entre las cinco finalistas, es formar, preferentemente en Alemania, un grupo secreto de especialistas que estudie detalladamente todos los mecanismos de la disolución e informe, en una reunión también secreta, al Consejo de Ministros del euro sobre los planes para la disolución de la moneda, que ha de anunciarse el mismo día en el que se lleve a la práctica.

Por su parte, el documento de dos economistas del banco Nomura se centra en los aspectos legales de los contratos de deuda, la definición de la nueva unidad de moneda que sirva para resolver contratos relacionados con activos o deudas denominadas en euros, o en la necesidad de reducir ya la exposición de instituciones financieras importantes a deudas de otros países en preparación para la ruptura.

Por último, el documento de Roger Bootle, que fue partidario del euro y ve ahora su ruptura como inevitable y beneficiosa, es el más largo e intenta ofrecer los detalles para el mantenimiento del euro en el norte -no está seguro de que Francia deba tampoco seguir en él- y la disgregación de los países del sur, porque no ve el interés para que mantengan algún tipo de unidad monetaria. Los cinco finalistas tienen que presentar un nuevo documento teniendo en cuenta las ideas de los otros y someterlo al fallo del jurado, que se conocerá en julio.