La cifra de la vergüenza

Sin duda es uno de esos fenómenos que con su forma tranquila y pausada puede analizar Iker Jiménez en su programa. «¿Cómo es que en San Fernando, desde que se conociera el desfalco de 7,8 millones, la cifra solo hace aparecer en cualquier momento?», la entradilla con la que el analista de sucesos paranormales podría comenzar el relato. El particular número 'pi' que aparece en todos los rincones de la ciudad.

Y aunque el tono jocoso y la apariencia de broma se puede mantener sin problemas a lo largo de todo el artículo, no deja de ser sorprendente la relación que se ha mantenido entre la ciudad y esta cifra, pues ya sean actuaciones, proyectos, inversiones o deudas, resulta que siempre aparece y si no, se acerca al dinero que se perdió de la caja municipal durante cinco años.

Es decir, que con ese dinero se podría haber solventado muchos de los problemas que actualmente tiene la ciudad, y eso desde luego no es para tomárselo a risa. De hecho, aún hay grupos políticos que todavía reclaman conocer el impacto que ha supuesto para la economía local, la desaparición de una cifra tan elevada de las arcas del Ayuntamiento. Un cantidad que muchos consideran que ya es imposible de recuperar, por el tiempo que ha transcurrido, y por lo tanto no se podrá emplear, por ejemplo, para financiar las obras de rehabilitación del Palacio Consistorial pues la parte que el corresponde al Ayuntamiento supera los siete millones de euros.

O a lo mejor hubiera evitado que la ciudad tuviera que acogerse al plan de ajuste de Rajoy para sanear los ayuntamientos y pagar sus deudas. En este sentido el Ayuntamiento estimó en 7,3 millones de euros los recortes necesarios para que San Fernando tenga liquidez y pueda acogerse a las ayudas e inversiones estatales, haciéndose cargo de las facturas que tiene pendientes por un valor total de 22 millones de euros.

Los 7,3 millones de euros se repite en la deuda que reclama la Junta de Andalucía por las obras del tranvía. Es la suma de todas las actuaciones que debía hacer por convenio el Ayuntamiento y que finalmente ha corrido a cargo de Obras Públicas, para poner en marcha el mayor proyecto de la ciudad. Una cantidad que se ha usado para renovar el saneamiento del centro.

Aunque en esas facturas se recogen también aquellas que no tienen consignación presupuestaria, es decir que se han ido acumulando a lo largo del tiempo y que no se reconocen en los presupuestos para su pago, habiendo recibos de la década de los 90. Pues bien, resulta que la cantidad total a la que asciende es de 7, 7 millones de euros.

Claro que entrando en los presupuestos se puede exponer los del año 2010, que fueron prorrogado en 2011 y que recogían una cantidad en inversiones de exactamente 7,8 millones de euros. Un dinero que se tuvo que pedir a los bancos y finalmente solo se ha concedido poco más de tres millones que serán invertidos para realizar diferentes mejoras en barriadas y plazas de la ciudad. Si no se hubiera perdido el dinero de la caja municipal se podría haber aprovechado en su forma íntegra para solventar estas actuaciones que pretende mejorar la ciudad.

Para terminar, aunque se puede continuar, el parque de la Historia y el Mar, con una inversión superior a los 7,2 millones de euros. Podría haberse pagado tranquilamente con el dinero que supuestamente había en caja. Un alivio y desahogo con el que ya no cuenta La Isla.