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Admiradores de Mingote firman en los libros de condolencias de la capilla ardiente. :: ZIPI / EFE
Sociedad

Mingote deja una viñeta en blanco

«Era una persona que siempre quería la paz y que no conocía el odio», expresa su viuda, Isabel Vigiola, que compartió 46 años con el maestro Compañeros, amigos y admiradores despiden al genial dibujante en 'su' Parque del Retiro

ALVARO SOTO
MADRID.Actualizado:

El «alcalde honorario del Retiro», Antonio Mingote, ha dejado, para siempre, una viñeta en blanco en las páginas de la vida. Así lo reconocieron ayer cientos de admiradores, que junto con la familia del dibujante, las autoridades y sus compañeros de profesión, desfilaron por la capilla ardiente del maestro, instalada en el corazón del parque madrileño que tanto amó, para brindarle un sincero homenaje.

Las palabras más sinceras y emotivas provinieron de la mujer que ha compartido con Mingote casi medio siglo. «Era alguien que siempre quería la paz y que no conocía el odio, no era fanático y sí fácil de convencer a través de las ideas», aseguró su viuda, Isabel Vigiola, que llevaba a su marido en el corazón, literalmente, gracias a una fotografía de ambos que pendía de su cuello. La persona que más cerca estuvo de Mingote durante 46 años regalaba a su marido adjetivos como «modesto y generoso». «Si hubiera mucha gente como él, la vida sería felicísima», continuaba Isabel, porque su compañero era, ante todo, una persona curiosa que pensaba que «tener ideas fijas era como tener quistes».

Fue una jornada lluviosa en la que Mingote se instaló en el corazón de todos. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, calificó al dibujante como «un genio y una buena persona en el sentido machadiano de la palabra» y anunció que propondrá en el próximo pleno del Ayuntamiento de Madrid que una calle de la ciudad lleve el nombre del genial humorista.

Representantes de todos los gremios a los que perteneció Antonio Mingote (periodistas, dibujantes, escritores, académicos, gentes del cine y hasta compañeros de mus) quisieron despedirlo. El consejero delegado de Vocento, Luis Enríquez, visitó la capilla ardiente junto a Catalina Luca de Tena, presidenta editora de ABC, y Bieito Rubido, el director del periódico al que dedicó lo mejor de su vida. El presidente del Consejo Editorial de ABC, Santiago Castelo, aseguró que «los monos (los dibujos de Mingote) suponían más que muchos editoriales».

Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente del Gobierno, acudió al Retiro para despedir al artista en su nombre y en el de su padre. La ministra de Fomento, Ana Pastor, calificó al fallecido como «un hombre irrepetible». El escritor y columnista Alfonso Ussía, amigo íntimo de Mingote, recordó cómo el dibujante «siempre estuvo con los débiles». «Por eso, aunque no le gustaba demasiado el fútbol, se hizo del Hércules, porque siempre perdía», bromeó Ussía. El presentador de radio y televisión Ramón García se detuvo respetuoso durante unos minutos ante el féretro de Mingote. También evocaron su talento los actores Arturo Fernández, Verónica Forqué, Andrés Pajares, Rosa Valenty y Jesús Guzmán, entre otros.

Fulgencio Coll, jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, visitó la capilla ardiente. Y es que la relación del dibujante con las Fuerzas Armadas fue muy especial. Mingote fue el gran impulsor del calendario del Ejército de Tierra del año 2012, en el que han participado los viñetistas más importantes del país y con el que la institución ha querido agradecer la labor de los medios de comunicación. Como en tantas otras iniciativas de gran calado, en esta también fue Mingote quien dio el primer empujón.

Un grupo de 'chulapos' madrileños apareció entre los centenares de admiradores de Mingote que ayer pasaron a darle su último y cariñoso adiós. Lectores y amigos que, como el kiosquero P. J. Sanz, dejaron una firma bella y sincera en el libro de condolencias: «Fue un placer atenderle tantas veces y aprender tanto de usted».

La capilla ardiente de los Jardines de Cecilio Rodríguez, en el Retiro, cerró a las siete de la tarde. Después, Antonio Mingote fue incinerado en la Cementerio de La Almudena.