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La Pepa pasa de puntillas y el programa para 2013 sigue en el aire
La ciudad está prácticamente igual que antes de 2010, ya que la mayoría de los proyectos aún están en obras o sin uso
Actualizado: GuardarFue marcada como la fecha que debía traer un antes y un después, posteriormente como el inicio de una nueva etapa para La Isla. Luego pasó a ser el primer empuje del cambio de modelo de ciudad para La Isla, terminando en el germen del proceso. Los años pasan y amenazan con convertir el desarrollo del Bicentenario en un sueño que no se hizo realidad. Antes del año 2010 se marcaron unos objetivos ambiciosos para transformar el municipio y conseguir su impulso económico ante la pérdida de sectores como el naval y el militar.
El turismo se marcaba como bote salvavidas. Para montarse en él era necesario reconvertir la localidad y cambiar sus accesos, sus medios de transportes, sus conexiones, sus ofertas de ocio, recuperar su patrimonio, crear un vínculo con el constitucionalismo y dar a conocer sus posibilidades de Sol y playa. En definitiva que el visitante viniera atraído por la historia y se fuera tras disfrutar de una amplia gama de actividades deportivas, náuticas, culturales y lúdicas, todo ello con ambientación de época y recreaciones en sitios históricos, con diferentes centros de interpretaciones con las últimas tecnologías, sin olvidar a la gastronomía.
¿Futuro?
Un paraíso que lleva ya varios años en reformas permanentes y que ahora no cuenta con dinero suficiente para seguir el proyecto de obra elaborado años antes de que el 2010 fuera una realidad. Y es que aunque está claro que no se está como el principio, tampoco se ha cambiado mucho, pues la mayoría de actuaciones vinculadas a la efemérides o se encuentran sin haber acabado sus trabajos, estancadas a medio hacer por falta de financiación o sin uso.
Pero antes de analizar los detalles y pormenores de lo que se ha hecho y no, hay que detenerse en lo que se puede hacer, porque aquí está el verdadero problema. Las administraciones garantizaron que San Fernando tendría un papel importante en el 2012, el año de La Pepa, que finalmente ha decidido pasar de puntillas por la ciudad, con tanto sigilo que los isleños aún no se han dado cuenta de su paso. De hecho, durante los días grandes de la fiesta en Cádiz, en la ciudad no se acogió ningún acto relevante y ni siquiera mantuvo abierto su Centro de Interpretación del Parlamentarismo (cada día más abocado a cerrar de forma permanente) ni creó una hoja de rutas turísticas con el objetivo de atraer visitantes.
A la fecha en la que estamos en el calendario no existe ningún círculo rojo con un acto especial de cara al Bicentenario, y se espera a ver lo que ocurre en el mes de septiembre, cuando se conmemora el inicio de Las Cortes en la ciudad. El año pasado fueron las recreaciones las que salvaron una cita que tan solo ha conseguido consagrar su 'Feria de la Tapa', evento más esperado por los isleños que lo que tiene que ver con la efemérides. Quizás entre los problemas se encuentre en que en el 2010 se pensara más en actos institucionales que en actos para el pueblo. Ahora no hay nada más allá de las recreaciones, que perdieron la grada que había en el 2010, para que cupieran más personas, pero no logró la misma repercusión a falta de una verdadera apuesta municipal.
El año que viene también estaba marcado como algo especial ya que se cumplen 200 años desde que la entonces conocida como Real Villa de La Isla de León le fuera concedida el título de ciudad. Pero, en principio no se contempla ningún plan especial, ni actuación para reivindicar tal acontecimiento. El problema es que no hay dinero y así se observa tras el plan de ajuste creado por el Ayuntamiento, si bien en mejores condiciones que el resto de municipios de la Bahía. El Ayuntamiento no sabe aún si las medidas durarán uno o dos años, pero parece claro que en los futuros planes para la ciudad, poco espacio tiene una efemérides, sobre todo en tiempo de crisis.
Lo que queda
Y si el futuro no es alentador, la preocupación aumenta cuando se observa el estado en el que se encuentran los proyectos que se esperaban realizar. El tranvía sigue sin pasar y aunque al menos la calle Real ya ofrece su nueva imagen, se desconoce cuál será su futuro. ¿Llegará al centro de Chiclana? ¿Cuál es el convenio con Adif para llegar a Cádiz? Eso sí se espera que a finales de año esté ya un vehículo aprueba por la ciudad para ir de Venta de Vargas a La Ardila.
Una de las ventajas de la actuación es la nueva salida de la ciudad para que el puente Zuazo sea peatonal. El problema es que no hay dinero para su restauración y tal y como está el panorama, parece que su estado no cambiará en bastante tiempo. Lo curioso es que el Real Carenero a pesar de estar prácticamente terminado sigue cerrado a cal y canto y sin que haya noticias de su futuro desarrollo o final de obra. En el caso del de San Romualdo, un millón de euros continúa siendo el abismo imposible de salvar para acabar su reforma.
Sin industria, sin un gran número de camas por falta de hoteles, sin la remodelación esperada de sus conexiones y medios de transporte, a San Fernando le espera unos años complicados en los que el Bicentenario corre el peligro de seguir el mismo camino del Centenario: el olvido.