La mala educación

El diagnóstico que realizan los españoles sobre la situación del sistema educativo, que ha sido objeto de una encuesta del CIS que ayer vio la luz, es pesimista. Lo grave del caso es que este dibujo en sepia que realizan los españoles se corresponde con lo que expresan los indicadores estadísticos en lo tocante al fracaso escolar y a la calidad del modelo. Lo que indica que el cambio de patrón de desarrollo que hemos de auspiciar para salir de la crisis requeriría un singular esfuerzo económico en educación, que al parecer no estamos en condiciones de realizar. La productividad que perseguimos no sólo provendrá del ajuste salarial ni de la reforma laboral: también habrá que lograr una mejora significativa del capital humano, que, junto a la inversión en I+D, nos permitirá avanzar en sectores productivos de mayor valor añadido. En cualquier caso, es necesario que los planes educativos dejen de estar sujetos a los vaivenes políticos y no cambien cada vez que se produce una alternancia en el gobierno.