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Obama se enfrenta a Romney como si ya fuera su rival
El exgobernador de Massachusetts se apunta la victoria en las primarias de Wisconsin, Maryland y Washington DC
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarMitt Romney sigue lejos de obtener los 1.144 delegados que se necesitan para conseguir la nominación republicana -de hecho le faltan 504 según las cuentas de la CNN-, pero para muchos las tres victorias que se anotó el martes demuestran que solo es cuestión de tiempo. De su inevitabilidad da fe también la batalla dialéctica en la que se embarcó el martes el presidente Barack Obama al mofarse de los adjetivos que eligió Romney para describir los presupuestos aprobados por la Cámara baja de mayoría republicana. «Maravillosos», se burló. «Nadie usa esa palabra para hablar de recortes presupuestarios».
Está claro que el mandatario ya considera al exgobernador de Massachusetts su rival en las elecciones generales de noviembre próximo, o de lo contrario no se habría rebajado a criticarle. Obama se ha quitado los guantes y no piensa esperar a que los conservadores sellen su proceso de nominación.
Quedan por delante 19 estados por votar y 1.176 delegados a repartir, pero hasta ahora Rick Santorum solo se ha apuntado 264. El mes de abril no arrojará muchas alegrías para el exsenador de Pensilvania hasta que le toque votar a su estado el día 24. Si pierde en casa será su tumba, pero incluso si gana el camino a la nominación parece ya una quimera para él. Los tres estados del martes fueron un paseo para Romney. En Wisconsin venció con un 44% de los votos, en Maryland con el 49% y en Washington DC pasó del 70%. En el primero, donde las primarias del partido conservador están abiertas a todos, las encuestas a pie de urna revelaron que a Santorum le está ayudando el enemigo, o sea, los demócratas, que sin duda desean que la guerra interna entre los conservadores dure lo más posible.
Voto de la ultraderecha
Por contra, Romney parece haber ganado la aceptación de importantes sectores de la ultraderecha que hasta hace poco se resistían a que «un moderado de Massachusetts» fuese líder de su partido. El 55% de los votantes de Wisconsin dijeron apoyar al Tea Party y, con todo, la mayoría eligió a Romney. Y es que lo que más preocupa al 37% de los votantes de este estado es nominar a un candidato que pueda vencer a Obama.
Por eso Romney recibió de buen grado los ataques del mandatario. «Se cree que está haciendo un buen trabajo», dijo a sus seguidores. «Los años volando en el Air Force One, rodeado de leales seguidores que están convencidos de que eres el mejor y estás haciendo un gran trabajo, deberían ser suficiente para hacerte pensar que estás desconectado de la realidad», le atacó. Obama no solo se había mofado de su rival potencial sino que planteó un duelo ideológico que ha dividido al mundo sobre las recetas para enfrentar la crisis.
Frente al modelo de austeridad y control de la deuda que proponen los republicanos, defiende los programas sociales y las inversiones en educación y obras públicas como fórmula para que resurja el país. El presupuesto del congresista Paul Ryan, que reduce los impuestos y las prestaciones sociales, lo considera «un caballo de Troya» que promoverá «el darwinismo social». Una «receta segura para el declive» muy parecida a la que aplica Europa en estos días, aunque Obama no hablase del viejo continente.