La lluvia desluce el Jueves Santo en Jerez
Jerez Actualizado: GuardarEra el peor escenario que se podía dibujar. El peor sueño de cualquier cofrade. Porque si está lloviendo, la cofradía tiene siempre meridianamente claro, salvo contadas excepciones, lo que debe hacer. No salir, rezar su víacrucis dentro del templo, y esperar pacientemente que llegue un año después para realizar su estación de penitencia para mayor gloria de Dios, si es que Dios así lo quiere. Así está escrito, y así son las cofradías desde siempre. Pero la situación climatológica de ayer era dura, francamente dura, para cualquier miembro de junta de gobierno que deba tomar la decisión de hacer estación de penitencia a la catedral. Sol a la salida, pero riesgo de lluvia horas después.
A eso se enfrentaba la hermandad de la Redención, la primera y con mucha diferencia que sale a la calle la tarde del Jueves Santo. Todos los partes hablaban de precipitaciones para la última hora de la tarde, pequeño descanso durante la madrugada, y de nuevo agua a primera de la mañana del Viernes Santo, y aún así la hermandad decidió retrasar en media hora su salida procesional.
El Jueves Santo es un día, tradicionalmente, valiente. Y eso contrasta con el clasicismo de las cofradías que hacen su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral.
Vera-Cruz, como es costumbre, no dudó. A las seis y media de la tarde, pese a que minutos antes chispeaba en San Juan de los Caballeros, la cruz de guía de la corporación se hacía a la calle, camino de la Santa Iglesia Catedral. Es más, con los primeros penitentes en las inmediaciones de su sede canónica, no en vano las cruces de la corporación van al comienzo de la cofradía, los paraguas lucían abiertos, resguardándose de la lluvia que hacía acto de presencia para acompañar a la hermandad de la Vera-Cruz en los primeros momentos de su salida procesional. Los nazarenos, imperturbables, iban avanzando mientras que los pasos se preparaban para salir a la calle, mandados por dos de los capataces más importantes de la actualidad, Eduardo Biedma y Martín Gómez Moreno.
La hermandad de la Lanzada, a escasos metros de la iglesia de San Juan, recibía con frustración las mismas gotas de lluvia en la Basílica del Carmen. La hermandad, sin esperar a nada ni a nadie, comunicaba a las siete y cuarto de la tarde, hora prevista para su salida procesional, su negativa a realizar la estación de penitencia. .
El tiempo, minuto a minuto
La Redención, con valentía, decidió obviar la Victoria como refugio y comenzó a entrar en Carrera Oficial, y además, cumpliendo con sus compromisos. Lo hizo en hora, a las siete y media de la tarde, y envuelto entre los paraguas de los usuarios de los palcos. Los pocos usuarios que se habían atrevido a ocuparlos, que también hay que decirlo. El aspecto, desolador, no recompensaba el esfuerzo de los cofrades de Icovesa, que mantenían un orden impecable pese a la llovizna que ya caía sobre Jerez. De hecho, el paso, en una decisión cuestionable, se recreaba en la entrada en Carrera Oficial, mientras que la Vera-Cruz se volvía por Chancillería, y al llegar a San Juan de los Caballeros el hermano mayor pedía disculpas públicas a sus hermanos, que lo recibieron con un aplauso atronador. El Dolor, por su parte, decidía esperar una hora para decidir si realizaba su estación de penitencia, decisión que compartía la hermandad del Huerto. A estas alturas, el misterio de la Redención, sumido en un fuerte aguacero, reviraba por el monumento a las cofradías, y buscaba refugio en la capilla de San Juan Letrán.