El partido más importante de su vida

«Empieza el combate por mi vida y voy a luchar». Stiliyan Petrov, capitán del Aston Villa, inició un nuevo reto del que deberá salir airoso. Tiene que disputar el encuentro más importante de su carrera. Una batalla frente a la vida. El internacional búlgaro es el último de una larga lista de deportistas que compitieron frente a la enfermedad o ante un accidente inesperado. Petrov anunció el pasado fin de semana su retirada del fútbol después de que le diagnosticaran una leucemia aguda.

Esta maldita enfermedad no avisa, vive de incógnito y los primeros síntomas son similares a los de otras: cansancio, falta de apetito o fiebre intermitente. El futbolista ha comenzado el tratamiento que incluye la quimioterapia y varios otros medicamentos. Los casos más graves pueden requerir una médula ósea o trasplante de células madre. Superar el cáncer puede ser cuestión de suerte, oportunismo y voluntad. Características similares a las que necesita alguien para ser un deportista de élite. Algunos han logrado alcanzar el éxito en ambas direcciones. El bulgaro tendrá el apoyo de muchos y el ejemplo de otros deportistas que pasaron por una situación similar y que pudieron regresar a la competición.

Un extenso reportaje de la BBC recoge que los expertos coinciden en que por su actividad profesional, los deportistas tienen una ventaja de entrada frente a quienes no realizan actividad física de alto nivel. Pero además hay otro factor: los deportistas son competitivos por naturaleza, y eso parece ayudarles a afrontar los retos mentales que vienen acompañados del cáncer.

Ejemplos esperanzadores

El caso más reciente es el de Éric Abidal. Al lateral francés del Barcelona, le fue extirpado un tumor en su hígado en marzo del año pasado. Dos meses después disputó la final de la Liga de Campeone, cuyo trofeo levantó como capitán honorífico, deferencia de Puyol y Xavi, impactados con su lucha. Hace unas semanas se conoció que tendrá que someterse a un transplante de hígado y que su carrera está en juego. Nadie lo esperaba. Todo el mundo creía que había superado su grave enfermedad con la fortaleza que le permitió haces diez meses volver a los terreno de juego apenas 50 días después de la operación. La reacción del jugador fue positiva. Es un ejemplo de superación y podrá hacerle frente a esta batalla.

Lance Armstrong. Es el caso más emblemático, el ejemplo de como una voluntad inquebrantable puede sobreponerse a una grave enfermedad. Con 25 años, el ciclista estadounidense padeció cáncer testicular con metástasis pulmonares y cerebrales. Antes había partcipado en las Olimpiadas de 1992 y 1996. Fue intervenido y recibió mucha quimioterapia. Los médicos temieron incluso por su vida dadas las complicaciones de su enfermedad, pero el estadounidense luchó, plantó cara al cáncer y regresó mucho más fuerte todavía. Después de todo lo que pasó, el norteamericano se subió a la bicicleta para hacer historia al ganar siete Tours de Francia. Un auténtico ejemplo de vida.

En 1993, al golfista Paul Azinger le diagnosticaron linfoma no-Hodgkin. En 2008 fue el capitán del equipo de Estados Unidos que venció a Europa en la Copa Ryder. Esta misma enfermedad la sufrió el jugador de hockey sobre hielo Mario Lemieux. El día en que terminó el tratamiento de recuperación, convirtió un gol e hizo una asistencia. Se convirtió en una leyenda de los Pittsburgh Penguins y en miembro del hall de la fama de la liga de hockey de Estados Unidos y Canadá (NHL, por sus siglas en inglés).

En España aún se recuerda el caso de otro búlgaro que salió airoso en su lucha frente la adversidad. Luboslav Penev defendía la camiseta del Valencia en la temporada 1993/94 y tuvo que hacer un parón en el camino por culpa de un cáncer de testículo. Guardó las botas de fútbol en su armario durante cerca de un año. Se perdió el Mundial de Estados Unidos de 1994, pero afortunadamente el delantero superó todos los contratiempos y pudo sacar de nuevo sus botas del armario. En 1995 ficharía por el Atlético de Madrid para firmar un 'Doblete' histórico con la entidad del Manzanares.

En el mundo del fútbol, también queda en la memoria la experiencia del danés Ebbe Sand. El apogeo de su carrera lo alcanzó después de 1998, año en el que superó un cáncer testicular. Volvió a las canchas, fue el máximo goleador de la Bundesliga con el Shalke 04 en la temporada 2000-2001, y en el siguiente curso se ganó un puesto en la selección danesa para el mundial de Corea y Japón.

El madrileño Alberto Contador, que completó la gesta de ganar el Tour de 2007 y 2009, el Giro de Italia de 2008 y la última edición de la Vuelta a España, también superó un duro trance por una grave enfermedad en el cerebro. Contador sufrió una caída en la Vuelta a Asturias de 2004, producto de un desvanecimiento repentino. El ciclista madrileño pudo salvar la vida gracias a su rápido traslado a un hospital. Allí se le detectó un cavernoma cerebral (malformación con forma de una frambuesa), del que fue posteriormente operado. Pese a la gravedad de su enfermedad, pudo superarla tras largos meses de rehabilitación, regresando a la competición en 2005. El ciclista de Pinto es uno de los mejores valores del pelotón mundial.

El síndrome de Guillain-Barré (enfermedad del sistema nervioso central) cambió de la noche a la mañana la vida del futbolista internacional alemán Markus Babbel en 2002. Todo comenzó con un hormigueo en los pies. Poco después, subir las escaleras se convirtió en un suplicio. Su fuerza de voluntad y el hecho de que no tardase en acudir a los médicos aumentaron las posibilidades de curación. El zaguero, por aquel entonces en las filas del Liverpool, estuvo postrado en una silla de ruedas durante varios meses hasta ser trasladado a una clínica de rehabilitación. El alemán se empleó con la misma determinación con la que lo hacía sobre los terrenos de juego en busca de volver a caminar y saltar a un campo de fútbol. Lo consiguió. En el 2003, cedido por el Liverpool al Blackburn Rovers, Babbel renació como futbolista. Después marcharía al Stuttgart, donde pondría fin a su carrera en el 2007. Actualmente es el entrenador del TSG 1899 Hoffenheim de la Bundesliga.

Superarse así mismo

SI hablamos de ejemplos de superación, ya sea por enfermedades o accidentes inesperados, es casi una obligación nombrar al sudafricano Oscar Pistorius. El atleta está amputado de ambas piernas desde que era un bebé debido a una malformación degenerativa. Creció y ha vivido acostumbrado a que sus piernas sean un par de prótesis. Es poseedor del récord mundial en los 100, 200 y 400 metros planos para corredores amputados de ambas piernas. En 2008 obtuvo la aprobación para competir en las pruebas regulares de los Juegos Olímpicos de Beijing, aunque no obtuvo el tiempo mínimo de calificación. Una vez alcanzada esta meta su próximo objetivo es participar en Londres 2012.

Un accidente inesperado es lo que casi trunca la vida de Niki Lauda. Uno de los factores íconos de su paso por las pistas de F1 ocurrió en 1976 en el circuito de Nürburgring en donde sufrió severas quemaduras y heridas graves tras incendiarse su vehículo durante el Gran Premio de Alemania. Al borde de la muerte, un sacerdote le administró la extremaunción. Sólo seis semanas después Lauda volvía a las pistas. En 1984 logró su tercer campeonato del mundo. Otro ejemplo de superación.