Diego y el fútbol control sitúan al Atlético en semifinales

El Atlético sacó su pase a las semifinales de la Liga Europa con una exhibición de sus nuevas virtudes en Alemania. Graicas a una racha nueve victorias europeas consecutivas y la recuperación de la brillantez de Diego, el club del Manzanares recibirá al Valencia en el Vicente Calderón para decidir un finalista español en Bucarest.

El triunfo del Atlético fue también el de Diego Simeone. El primer plan del argentino para suplir las bajas de los sancionados Arda Turan, Juanfran y Gabi consistió en situar un clásico 4-4-2 más conservador con Perea de lateral derecho y Diego y Koke en los costados. Al inicio pareció funcionar porque frente a ellos el equipo local, concentrado en su regularidad en casa, adelantó líneas respecto al choque de la ida y decidió prolongar su confianza en el senegalés Mame Diouf para anotar el gol que necesitaban para superar la eliminatoria al inicio de la vuelta.

Ambos equipos abrazaron sus roles preasignados con el dominio del Hannover y las reservas ‘colchoneras’ en una primera parte con tensión aunque sin apenas oportunidades. Ninguno de los dos equipos cedía un solo centímetro y el ordenado Atlético respondía sin fisuras en sus filas. De hecho, el equipo rojiblanco pisó más veces el área rival con dos llegadas de Koke y Adrián sin pólvora. Entonces el duelo se había convertido en un monólogo de Diego contra el mundo en su regreso a Alemania.

Sin embargo, todo cambió a la salida de los vestuarios. De una primera parte de iniciativa germana sin peligro se pasó a una segunda parte de control atlético ante la inoperancia del Hannover. Bastó el cambio táctico de trasladar a Adrián López a la banda izquierda y de recuperar a Diego para la mediapunta para que el equipo madrileño se adueñara del balón y del mando del encuentro.

Con las riendas en las manos de los de Simeone, la paciencia germana se convirtió en indolencia y el fútbol control del Atlético en iniciativas con peligro y la defensa bien guarecida. Primer avisó Falcao con un disparo desviado con todo a su favor y después Adrián López logró el gol que certificaba el reconocimiento de que eran los españoles los que mandaban. El tanto llegó en una exhibición de recortes de Adrián dentro del área ante la ineficiencia de los locales. Salieron a su paso un central, el guardameta y ninguno logró tocar el balón que cosió el ariete a su bota hasta rematar entre dos jugadores bajo palos y ahuyentar cualquier fantasma.

La idea inquebrantable del Atlético

Hasta entonces el Atlético había vivido con la sombra de que cualquier jugada desafortunada podría clasificar al Hannover, pero el tanto de Adrián entregó el bastón de mando a los de Simeone junto a la calma necesaria para decidir el camino. Porque el club de la Baja Sajonia enseñó su escasez de talento y su falta de recursos para enfrentarse a un conjunto bien ordenado y con mayor capacidad técnica. De hecho, solo la insistencia de los germanos rompió el guion previsto porque Mame Diouf aprovechó un balón mal despejado por los rojiblancos en un saque de banda lateral. Era la cuarta diana en cuatro partidos del delantero cedido por el Manchester United.

Aunque el tanto de senegalés a diez minutos del final cambió las percepciones anteriores, el equipo español respondió al desafío con un contragolpe letal de los que intenta patentar Simeone. El brasileño Diego recobró el protagonismo que había cedido en la segunda parte para liderar un contragolpe que culminó Falcao con la misma dosis de rabia que de acierto. Entonces el Atlético se supo en semifinales, con buenas sensaciones, una clasificación indiscutible y el mediapunta ‘canarinho’ recuperado para su causa. Agarrado a sus ganas de postularse en Alemania, la tierra en la que se apagó su cotización, Diego lideró al Atlético y se devolvió a las semifinales del último torneo que colocó en sus vitrinas.