El Madrid se toma un respiro para citarse con el Bayern
Sin esfuerzo, los blancos volvieron a exhibir pegada, aunque encajaron dos goles por su desidia, y por Altintop, nefasto lateral izquierdo.
MADRIDActualizado:Aunque firmó una segunda parte infame, el Real Madrid solventó sin esfuerzo el trámite de la vuelta de cuartos para sellar el pase a la penúltima ronda de la ‘Champions’. Se relajó tanto el Madrid en el segundo tiempo, con una desidia y renuncia al juego imperdonable, que incluso encajó dos goles en los que Altintop quedó retratado como nefasto lateral izquierdo y Casillas salvó lo que hubiera sido el empate. Para conseguir lo que siempre es una obligación para el club más rico del planeta y uno de los dos mejores equipos del mundo ha habido que esperar casi una década. Nueve años después, el Madrid jugará su segunda semifinal consecutiva en la gran competición. En esta ocasión, aunque no se lo tomó en serio y empañó algo su trayectoria por su dejadez ante el Apoel, lo hará como favorito al título. Sin embargo, la penúltima ronda le espera una eliminatoria de cuidado contra el Bayern de Múnich, la ciudad que los blancos visitarán dentro de menos de dos semanas y a la que se han propuesto regresar el próximo mes a por la ansiada ‘décima’.
Será un de los más esperados clásicos europeos, entre el anfitrión de la final y el eterno aspirante que pelea por acabar de una vez por todas con la hegemonía del Barça. Nada que ver con el desequilibrado enfrentamiento ante el modesto y débil Apoel, que puede estar orgulloso no solo de no haber sido humillado en el Bernabéu, sino de plantar cara en la segunda parte durante una fase de partido impropio del Madrid. Porque el líder de la Liga y candidato a la ‘Champions’ no pisó el acelerador. No lo necesitaba, aunque sí ensució su imagen durante muchos minutos.
Los blancos se tomaron un respiro antes de afrontar una dura carrera de fondo a partir del domingo contra el Valencia. La visita del Apoel le sirvió a Mourinho para dar descanso a algunos de los imprescindibles, caso de Xabi Alonso, Özil y Benzema, para dar oportunidad a otros que no juegan casi nunca y que no están en forma (Altintop y Sahin), y para probar a futbolistas en distintas posiciones. José Mourinho se estrelló al colocar a Altintop en la posición de Marcelo, el turco fue ridiculizado, y el Madrid se llevó dos goles, aunque sirvió para que los blancos reaccionasen.
101 goles del tridente
El resultado fue otro ejercicio práctico en la primera parte, con pocas pinceladas de brillo, aunque con un espectacular golazo de Kaká, que necesitaba el brasileño para sentirse más querido, y una actuación lamentable en la segunda, en la que los blancos volvieron a exhibir pegada. Cuando el Bernabéu comenzaba a enfadarse de verdad con su equipo, Cristiano dio otro golpe, y despertó a la afición con su segundo gol consecutivo de libre directo. Si el pasado sábado en Pamplona contó con la ayuda de Osasuna, esta vez fue Urko Pardo, el portero de La Masia suplente de Chiotis, quien colaboró, aunque la potencia de disparo de Cristiano es de otro planeta. Si en el Reyno Mourinho alineó a seis españoles, para recibir al Apoel apostó por la mitad, solo tres: Casillas, Sergio Ramos y Granero. Gracias al ‘Pirata’, acompañante del gris Sahin, y al interés que le puso Kaká, hubo fútbol en la primera mitad, en la que el Apoel se encerró atrás con todo pero aguantó ni media hora el asedio local, salpicado de ocasiones. Y cómo no. Quien abrió la lata fue Cristiano.
Como era previsible, el rival era el ideal para seguir marcando y el tridente mágico formado por Cristiano, Benzema e Higuaín superó los 100 goles en todas las competiciones, para rebasar la plusmarca de Messi, Eto’o y Henry de la temporada 2008-2009 (llegaron hasta los 99). Con el nuevo doblete de ‘CR7’, el crack portugués lleva ya ocho en ocho partidos en la Liga de Campeones, y el mejor trío de ataque de la historia de la Liga española acumula ya 101. Cristiano sigue a lo suyo, y Di María, que jugó más de media hora y ya está recuperado para la causa, también quiso participar de la fiesta con otro bonito gol, de vaselina. El argentino aportó el coraje del que se olvidaron sus compañeros, y también clase en la definición.