Sarkozy saluda a sus seguidores en un mitin en Nancy. :: AFP
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Nicolas Sarkozy y las bombas fétidas

El presidente saliente niega haber financiado con dinero de la mujer más rica del país su acceso al Elíseo en 2007

PARÍS. Actualizado: Guardar
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«Como siempre antes de las presidenciales, hay un cierto número de bombas fétidas, algo clásico que no sorprende a nadie». Nicolas Sarkozy replicó ayer de esa forma por primera vez a las informaciones periodísticas que le acusan de haber financiado ilegalmente la campaña que hace cinco años le llevó al Elíseo. El presidente saliente, candidato a la reelección, alegó que las cuentas fueron aprobadas «al céntimo» por el Consejo Constitucional.

El quite presidencial viene a cuento de la reactivación del 'caso Bettencourt', nombre que reciben las corruptelas y tráfico de influencias en torno a la riquísima heredera de L'Oréal. El escándalo ha regresado a los periódicos, oportunamente para los rivales de Sarkozy, a raíz de la encarcelación el pasado 23 de marzo de Patrice de Maistre, exgestor de la inmensa fortuna de Liliane Bettencourt, acusado de abusar de la senilidad de la acaudalada anciana, de 89 años de edad.

Al hilo de este primer ingreso en prisión en el marco del sumario, el semanario 'L'Express' ha revelado que en el diario íntimo de la mujer más rica de Francia figuraba una cita el 24 de febrero de 2007 entre Sarkozy y su marido André Bettencourt, ya fallecido. A partir de ahí han resurgido las sospechas de que el actual líder galo acudió varias veces al domicilio de sus ricos amigos a recoger sobres con dinero, como han testificado un antiguo chófer y el mayordomo del matrimonio.

«Yo no sé lo que hacía hace cinco años», declaró Sarkozy en una entrevista con Canal Plus antes de recordar que fue durante 20 años alcalde de Neuilly, lugar de residencia de los Bettencourt. «Él era senador y yo diputado, los dos de la misma mayoría. Si la pregunta es '¿pudo usted reunirse con él?'. Por supuesto. ¿Dónde está el problema? ¿Cuál es la historia? ¿Cuál es la información?», planteó. Otros indicios revelados los últimos días arrojan coincidencias de fechas coherentes con las supuestas entregas de dinero. Ocurre con dos envíos de 400.000 euros en metálico, cada uno desde las cuentas suizas de Liliane Bettencourt en febrero y abril de 2007.

Tanto De Maistre como el exministro Eric Woerth, entonces tesorero de la campaña de Sarkozy, nunca han reconocido una financiación ilícita. El hoy presidente ha mantenido hasta la fecha haber acudido a casa de los Bettencourt tres veces, nunca solo y sin recibir sobres.

El socialista Jean-Marc Ayrault respondió que «decir que hay bombas fétidas es increíble y casi un insulto a la justicia». «Queremos la verdad y que la justicia pueda hacer su trabajo con toda independencia», señaló el hombre de confianza de François Hollande, favorito para imponerse en la segunda vuelta electoral del 6 de mayo.