El Monasterio, al borde del cierre y el despido de 80 trabajadores
El juzgado ha ordenado el desahucio de Hoteles Jale para el 16 de abril por no pagar el alquiler a BBVA, propietario del establecimiento
Actualizado:Con la Motorada y la Feria a la vuelta de la esquina, El Puerto está a punto de perder otro de sus referentes hoteleros: el Monasterio de San Miguel. Después de la quiebra del hotel Duques de Medinaceli -que por cierto está derivando sus reservas al Monasterio-, sería el segundo mazazo en menos de un mes para el sector turístico portuense, que no pasa por su mejor momento. El juzgado de lo Mercantil ha ordenado el desahucio del edificio de Hoteles Jale, que se lo tiene arrendado a su propietario, BBVA Renting, por las deudas acumuladas.
La toma de posesión de la propiedad ya está ordenada para el próximo 16 de abril y todo apunta a que la entidad bancaria echará el cierre y despedirá a los ochenta empleados de no surgir un inversor que apueste por este negocio rentable y copado de reservas. Así lo aseguraron los representantes de los trabajadores, que realizaron ayer un llamamiento para que este hotel de 175 habitaciones, mantenga su actividad. De hecho, el inmueble no puede tener un uso distinto al hotelero. El presidente del comité de empresa, Feliciano Domínguez, aseguró que el Monasterio funciona con normalidad, todas las nóminas y los pagos a proveedores están al día, y debería tener la rentabilidad asegurada, con más de tres mil reservas para el presente mes de abril y nueve mil hasta finales de año, lo que se traduce en unos quince mil visitantes.
El secretario local de Comisiones Obreras, José Rodríguez, insistió en que el Monasterio no genera pérdidas. «Pero la especulación por los asuntos inmobiliarios de Jale se ha cargado este hotel y los demás del grupo». En esta línea se pronunció el secretario de acción sindical, Jesús García, quien culpó directamente al presidente de la firma, José Antonio López Esteras, de la situación. «Ha endeudado la cadena hotelera al haberla utilizado para cubrirse las espaldas de sus negocios inmobiliarios».
Los trabajadores señalaron que el declive del hotel comenzó en el año 2008, cuando el Grupo Jale -concretamente la Inmobiliaria Amuerga- lo vendió a la entidad bancaria BBVA por 24 millones de euros, en la modalidad de renting. Esto significa que pasados diez años el grupo empresarial tendría la oportunidad de recomprarlo por 17 millones. Entretanto, BBVA lo alquiló a Hoteles Jale y todo quedó en casa. «Para López Esteras fue una forma de obtener liquidez para saldar deudas. Pero con unas condiciones que se sabía que no podrían satisfacer». Y es que la renta mensual asciende a 178.000 euros más las subidas anuales del IPC, que ya la han situado en unos 180.000. La plantilla, conocedora de los malos presagios para el hotel desde hace varios meses, ha estado esperando que las conversaciones entre Hoteles Jale y BBVA para resolver las deudas llegaran a buen puerto.
Auxilio político
Pero no ha sido así y sus intentos para entablar comunicación con la entidad bancaria también han caído en saco roto. «Nos dicen que no tienen por qué hablar con nosotros, que somos trabajadores de Jale». Sí se han reunido ya con el alcalde, Enrique Moresco, el concejal de Urbanismo, Diego Muñoz y el diputado nacional, Alfonso Candón. Los tres se han comprometido a hacer todo lo que esté en sus manos para que el hotel no cierre y el regidor ha asegurado que mediará personalmente con el BBVA, según el comité.
De llegar a producirse, el cierre del hotel Monasterio de San Miguel supondrá una importante pérdida para el sector turístico, principal fuente de ingresos de la ciudad. No se trata del único hotel de cuatro estrellas -le acompañan el hotel Puerto Sherry, Los Jándalos o la Bodega Real, entre otros-, pero sí ofrece un gran volumen de camas para la celebración de grandes congresos. Su ubicación, muy cerca de la estación de tren y de las salidas hacia Jerez y Cádiz es otro valor añadido al que hay que sumar su cercanía al casco histórico y a la ribera del río.