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Sociedad

La Fundación March repasa la 'revolución gráfica' de las vanguardias

MIGUEL LORENCI
MADRID.Actualizado:

El tránsito del siglo XIX al XX fue crucial para el arte. Nació un nuevo y potente lenguaje plástico, con nuevos códigos, soportes y desafíos. Unas rupturistas formulaciones que hoy conocemos como vanguardias históricas, que dieron la vuelta al guante de la tradición, abrieron nuevas e insospechadas sendas al arte y transformaron todo los órdenes de la vida. El cine, la fotografía, y las revistas se convierten en alternativas expresivas a la pintura, la escultura, o la edición, que mantenían, en esencia, los mismos códigos desde casi el Renacimiento. Una revolución plástica en toda regla que tuvo uno de sus campos más activos en el arte gráfico y en las infinitas posibilidades de la serialidad, lo que permitió a los creadores alcanzar una difusión desconocida hasta entonces e inaugurar una edad dorada que duró casi seis décadas y se dejó sentir en todos los ámbitos.

Buena parte de los 'papeles' de esa vanguardista revolución gráfica y su impacto en todos los órdenes de la vida se pueden ver ahora en la exhaustiva muestra que acoge la Fundación March en sus salas de Madrid, 'La vanguardia aplicada' (1850-1950'), que es la «historia visual» de ese fenómeno plástico del siglo XX. Reúne más de 700 piezas entre carteles, libros, folletos, postales, maquetas y revistas y toda suerte de documentos procedentes de dos colecciones excepcionales, la del norteamericano Merril C. Berman y la española que atesora José María Lafuente. La colección estadounidense atesora más de 20.000 documentos, lo que la convierte en una de las mejores del mundo en su género y la de Lafuente es una rareza.