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PAN Y CIRCO

EL EMPATE CON EXCUSAS

AMALIA REVUELTA
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Actualmente desde la Psicología Deportiva se considera que no existe un conjunto de rasgos que definan a un entrenador para garantizar resultados, sino que todo depende en gran medida de la capacidad que tenga para influenciar al equipo. La motivación de un equipo cuando los futbolistas están mentalizados y coordinados mueve montañas. Pues bien, si falta cualquiera de los elementos citados anteriormente, el entrenador suele manejar la filosofía del empate con excusas.

Salir con una mentalidad de 'portería cero', es Mentalidad, pero con la venia, no es la adecuada. Si el entrenador en la charla previa incide demasiado en el mal estado del terreno de juego, está dirigiendo la atención del equipo a resistir, al sufrimiento y no, evidentemente, hay que salir a ganar. Si el terreno de juego se encontrara en pésimas condiciones, el mensaje que se debe enviar al equipo es 'no valen excusas'. Esto es de parvulario futbolero, lo sabe cualquier aficionado, especialista o profesional de este deporte. Es permisible que con la boca pequeña el míster exprese su queja por el mal estado del campo que, probablemente, no puede ser la excusa para justificar el resultado, pero sí la razón del resultado en concreto.

La pregunta es: ¿Cambiar el enfoque? Sí, porque si se ponen excusas, el técnico corre el riesgo de que los jugadores le crean y salgan al terreno de juego al 60% de rendimiento, y peor, con el pensamiento de que no se puede ganar porque el campo está mal, o por el cansancio acumulado, o porque el árbitro era profesor suyo y todavía le tiene manía. Hay que echar un vistazo hacia dentro, hacia lo que se puede controlar. Con la mentalidad adecuada sí se mueven montañas.

Algunos entrenadores, al sentirse responsables por el resultado en este tipo de encuentros, tienen que justificarse con declaraciones y argumentos que en otras ocasiones ellos mismos justifican como inútiles: «El miedo a tocar la pelota porque podían perder el balón». En este caso, además de tener miedo, un profesional debe tener recursos para controlarlo.